Antonio Banderas cumplirá en octubre el sueño de inaugurar en su Málaga natal el Teatro Soho Caixabank. Lo hará a lo grande con el mítico musical A chorus line, de Marvin Hamlisch, que labró su leyenda durante quince años de éxito en Broadway. Un ambicioso proyecto que recupera la adaptación que en 1984 realizaron Nacho Artime y Jaime Azpilicueta y que fue un fracaso.

Artime estaba ayer feliz por la decisión de Banderas de contar con su trabajo para "este maravilloso musical, ¡qué haya elegido mi versión es todo un honor!". Un recuerdo agridulce: "Mi único fracaso de 22 musicales. No estaba el país preparado para ese tipo de musicales. Salíamos de Jesucristo Superstar y Evita y no había coristas de la calidad necesaria. Tuvimos que hacer casting en New York con hispanos de no mucha calidad. Se estrenó en Barcelona y no fue tan mal, el batacazo fue en Madrid y cerramos la tienda. No llegó al mes en cartel". Fue su última colaborción con Azpilicueta "hasta que Paloma San Basilio nos reunió en My fair lady 25 años después". Son otros tiempos y Artime está convencido de que Banderas "va a estar genial, le va todo y en escena es un tiro. Además lo va a dirigir nada menos que Lluis Pascual".