El rey Juan Carlos recibió ayer el unánime homenaje de los aficionados que le aclamaron en la corrida celebrada en Aranjuez, coincidiendo con su retirada de la actividad institucional y en una jornada en la que estuvo arropado por parte de su familia y amigos.

El rey emérito decidió que esa retirada comenzase el 2 de junio al cumplirse los cinco años del anuncio de su abdicación en su hijo, Felipe VI, una día en el que ya tenía prevista su asistencia a la corrida de la localidad madrileña pero que, tras su anuncio, cobró un simbolismo especial.

Acorde con ello, los casi 9.000 aficionados que llenaban la plaza acogieron la entrada del rey en el palco con un prolongado aplauso, y mientras Juan Carlos saludaba al público, se sucedían los gritos de "¡viva España!" y "¡viva el rey!". Ovación y gritos que junto con cánticos de "¡yo soy español!" se repitieron cuando la banda interpretó el himno nacional con toda la plaza en pie y homenajeando al rey emérito.

En el día en el que se jubila oficialmente y deja los actos institucionales, el monarca estuvo acompañado en el palco por su hija la infanta Elena y su nieto Felipe Juan Froilán, así como por su hermana la infanta Pilar y los hijos de ésta Simoneta y Fernando Gómez Acebo.

La corrida de Aranjuez se celebró en el marco de las fiestas de San Fernando con un cartel del que formaban parte los diestros Morante de la Puebla, el Juli y José María Manzanares, que brindaron sus toros al rey. Además de servir de inauguración de las obras de reforma del bicentenario coso de esta localidad, se organizó un homenaje a la madre del rey, doña María de la Mercedes, muy aficionada a los toros.

Un retrato de ella se había colocado en el palco real, y antes del inicio de la corrida se entregó a Juan Carlos una placa en recuerdo y homenaje a ella.

Entre el público asistente a la corrida se pudo ver también a María Zurita, hija de la infanta Margarita, y entre los dirigentes políticos se encontraba el presidente de Vox, Santiago Abascal.

Antes de asistir a la corrida, el monarca había organizado un almuerzo con familiares y amigos también en Aranjuez, en los Jardines de Oñate, un lugar para eventos particulares y vetado a los medios de comunicación.

Al llegar en su vehículo a la puerta de acceso a ese recinto, Juan Carlos I, que ocupaba el asiento del copiloto, bajó la ventanilla y saludó con la mano a los informadores allí apostados. Ante sus preguntas por el hecho de que haya decidido dejar a partir de ahora su agenda institucional, se limitó a saludar de nuevo.

Fue el pasado lunes cuando el rey emérito, según un comunicado de Zarzuela, informó por carta a su hijo, Felipe VI, de que había decidido que a partir de este auer dejaría de presidir actos institucionales. Aseguraba que se trata de una "firme y meditada" convicción y que, a sus 81 años, ve llegado el momento de "pasar una nueva página".

Aunque deje la vida institucional mantendrá su condición de miembro de la familia real, su consideración de rey y el estatus jurídico que ha tenido desde su abdicación hace un lustro. Por tanto, seguirá siendo aforado, como los parlamentarios y miembros del Gobierno, y capitán general de las Fuerzas Armadas en la reserva.

Zarzuela no descarta que pueda asistir también a algún acto oficial o conmemoración, pero ya sin ejercer la representación institucional de la Corona. Además si el rey Felipe VI lo considera podrá seguir percibiendo su sueldo habitual o el que se le estipule.

Su último acto oficial fue el pasado 17 de mayo en el Monasterio de El Escorial con motivo de la entrega del II Premio Órdenes Españolas.

Además, su retirada no afectará a sus actividades privadas, que seguirán siendo las que considere oportunas ni a la agenda de la reina Sofía.