Miles de banderas de Puerto Rico pintaron ayer de rojo, azul y blanco la Quinta Avenida de Nueva York, donde retumbaron los ritmos de bomba y plena, autóctonos de esa isla, en la celebración del tradicional desfile de esta comunidad, que tuvo como mariscal a Ricky Martin.

Como cada año puertorriqueños de todas partes de EEUU y otros que viajan desde la isla se encontraron en Nueva York desde bien temprano para celebrar su presencia, cultura, logros y aportes a este país, en un día en que contaron con un buen clima.

La aparición de Ricky Martin en la carroza del municipio de Loíza Aldea, al que dedicaron el festival en el 300 aniversario de su fundación, provocó la locura total del público y de medios de comunicación, mientras la estrella latina saludaba y bailaba al ritmo del grupo de bomba que le acompañó.