Miles de gijoneses, junto a representantes de la política y la cultura asturianas, acudieron ayer al Teatro Jovellanos de Gijón para dar su último adiós al actor y empresario teatral Arturo Fernández, el galán del teatro español por antonomasia, fallecido a los 90 años en Madrid.

El féretro con los restos mortales de Fernández, nacido en Gijón el 21 de febrero de 1929, llegó al coso gijonés sobre las 14.30 horas y ahí ha permanecido cubierto con una bandera de España y rodeado por una docena de coronas de flores, junto a una foto del actor. La capilla ardiente se prolongó hasta las 22.30 horas, para que sus vecinos pudiesen dar su último adiós a un galán que hoy será enterrado en su ciudad natal, tras el funeral que se celebrará a en la iglesia de San Pedro.

El calor no fue óbice para que miles de gijoneses hayan pasado durante toda la tarde por el Jovellanos para despedir al actor que con su gracejo de galán teatral hizo suya la coletilla "chatín" y "chatina", y que llegó a toda España a través de series de televisión como La casa de los líos.

Conchita González, de 67 años, fue la primera en llegar a las 13.30 horas al Teatro Jovellanos para despedirse del "galán de galanes" que siempre estuvo orgulloso de Gijón. De hecho, el actor es hijo predilecto de la Villa desde 1994, un honor al que sumó cuatro años más tarde el título de ovetense de adopción.

"Llevaba a Gijón en el alma", señalaba Paz Menéndez mientras esperaba su turno para rendir su homenaje al actor, mientras que Esther Rodríguez, que le vio por última vez en escena hace dos años, remarcaba poco después que siempre promocionaba su tierra.

Para todos los que acudieron al Jovellanos tuvo palabras de agradecimiento el hijo mediano del actor, Arturo Fernández Sensat, quien aseguró que su padre "nunca se fue de Gijón" y "si ha habido alguien que ha llevado a Asturias y a Gijón por bandera siempre fue él". Fernández Sensat, que afirmó que en su casa siempre había sidra y fabes por la morriña de la que nunca se deshizo el actor, admitió que si se le conocía como un galán será por algo, aunque en su opinión era por su "forma de entender un tipo de teatro".