Meghan Markle, duquesa de Sussex, cumplió ayer 39 años, y lo hizo de una manera un tanto diferente a sus últimos cumpleaños celebrados al amparo de la casa real británica. Su afán por convertirse en una ciudadana civil ha hecho que la esposa del príncipe Enrique esté cada vez más lejos Buckingham Palace y más cerca de Hollywood, el lugar que le dio la fama, al que parece que nunca quiso abandonar y al que está dispuesta a regresar.

Según algunas publicaciones, Markle celebró este día tan especial con una fiesta al más puro estilo de Hollywood en la que no faltaron conocidos del star system de Los Ángeles, actual lugar de residencia de los duques de Sussex.

Alto coste

Una celebración por todo lo alto de más de 200.000 dólares de coste, que de ser cierto, volverá a generar un nuevo alud de críticas por el afán derrochador de la joven pareja, que ya estuvo en el punto de mira por el precio de su mansión, el elevado coste de su sistema de seguridad y algunos caprichos de varios ceros en su periplo norteamericano.

Derroches un tanto desmedidos en tiempos de grave crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus. Un covid-19 que ha sido la excusa perfecta para que Meghan y Enrique anularan su presencia en Balmoral, la residencia de verano de la reina Isabel II, para celebrar el cumpleaños en familia, tal y como estaba pactado en los acuerdos del Megxit.

El cumpleaños de Meghan llega tras la amenaza de su padre, Thomas Markle, de llevar a los tribunales su deseo de visitar a su nieto Archie, y a las puertas de la inminente publicación de Buscando la libertad", biografía en la que sus autores, narran los entresijos de la salida de los duques de Sussex de la familia real británica.