Naomi Campbell le escribía: "Feliz cumpleaños, ángel, bienvenida al club de los 50". Eva Herzigova y Christy Turlington le mandaban corazoncitos. Helena Christensen un "Siempre bellas" y el emoticono de la bailaora flamenca. Muchos nombres propios de la familia de la moda, desde estilistas a diseñadores, se han volcado con Claudia Schiffer, que el pasado martes cumplió los 50 siendo uno de los grandes iconos de la moda desde que, allá por los noventa, formara parte de la primera generación de las llamadas top models.

La valkiria alemana de ojos azules y mil poses en mil portadas, aquella jovencita a la que Karl Lagerfeld empujó a caminar por las pasarelas como si fuera una diosa dorada y a levantar Chanel, ha agradecido tantas muestras de cariño abriendo su armario, que no es cualquier cosa. Ha compartido en su perfil de Instagram algunas imágenes de los lujosos regalos que ha recibido. La modelo aparece en su casa en un vídeo, con su melena en ondas, soplando las velas de una tarta vestida con uno de sus regalos más exclusivos, un vestido azul cobalto con múltiples aberturas creado para ella por Olivier Rousteing, el director creativo de Balmain. En otra de las imágenes, Schiffer aparece rodeada de los numerosos paquetes que le han enviado sus amigos italianos Stefano Gabbana y Domenico Dolce, que han creado un bolso especialmente para ella, como convenientemente se han apresurado a publicitar.

Además, la empresaria ha abierto su vestidor a la edición británica de Vogue para una edición especial de su sección Inside the Wardrobe ( dentro del armario). En el vídeo, de cinco minutos, Schiffer muestra algunas de las piezas de ropa y accesorios favoritos que ha ido atesorando a lo largo de sus tres décadas de éxito. Piezas icónicas que han aparecido en portadas y en desfiles especiales, como cuando en septiembre del 2017 en Milán, apareció con un vestido plateado al final de un desfile de homenaje a Gianni Versace dos décadas después de su fallecimiento, en compañía de Cindy Crawford, Naomi Campbell, Carla Bruni y Helena Christensen.

Y es que durante su carrera, en la que ha posado para fotógrafos míticos como Richard Avedon, Patrick Demarchelier, Arthur Elgort, Peter Lindbergh, Steven Meisel, Herb Ritts y Mario Testino, a Claudia le ha dado tiempo de todo. Portada de las principales revistas de moda de todos los países del mundo, ha desfilado para las mejores firmas y ha protagonizado numerosas campañas publicitarias. También hizo sus pinitos como actriz interpretándose a sí misma en Love actually.

Centrada en sus negocios, cuenta con una línea de productos cosméticos y ha creado una colección cápsula de prendas básicas. También prepara una exposición fotográfica sobre moda de los 90 que verá la luz a finales de año en el Museo Kunstpalast de Dusseldorf, la ciudad donde fue descubierta a los 17 años.

En lo personal, después de un romance de seis años con el mago David Copperfield, se casó en el 2002 con el productor cinematográfico Matthew Vaughn con quien tiene tres hijos, Caspar, Clementine y Cosima. Viven en una casa de campo cerca de Cambridge. "Soy una mujer sencilla y nunca tuve la necesidad de estar constantemente bajo los focos. Solo quería hacer bien mi trabajo y llegar a lo más alto como modelo, no como famosa", recordaba hace poco la top model internacional en una entrevista que salió publicada en la revista Elle.