El resurgir de Shania Twain

La autora del álbum más vendido de todos los tiempos de una artista femenina conserva el ‘punch’ en su nuevo trabajo

Shania Twain.   | // LOC

Shania Twain. | // LOC / Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

Hubo un tiempo, tras el cambio de siglo, en que la carrera de Shania Twain parecía despeñada sin remedio, cuando una misteriosa dolencia en las cuerdas vocales resultó tener por nombre enfermedad de Lyme y comportar derivadas incapacitantes. Tardó quince años en volver al estudio de grabación, mayormente rehecha, para entregar un álbum, Now (2017), que la recolocó en el mapa como la que siempre fue, la amazona country-pop (más pop que country) con vocación mainstream total.

Seis años después, la canadiense, que es, y probablemente seguirá siendo para siempre, la mujer que más copias ha vendido de un disco en todos los tiempos (40 millones de Come On Over, 1997), vuelve con Queen Of Me y una gira de grandes recintos (circunscrita a los mercados anglo). Entendemos que la base la pondrán sus hits de los 90, pero Queen Of Me bien puede colar dignamente unas cuantas canciones en el repertorio.

Como la que abre el disco, Giddy Up!, que aúna dos trazos distintivos de su obra, el vestigio country bailable y el sentido de la diversión. Llamamiento eufórico a sentir el vértigo de los días, muy propio de ella, con guiños a la música vaquera que siguen respirándose solo vagamente aquí y allá a lo largo del álbum, en las guitarras acústicas de inhale exhale air o el trote de not just a girl.

Pero Twain es esencialmente una atracción pop, y deshechos sus lazos con el productor Robert Mutt Lange (que fue su marido), aprovecha para afilar un poco el sonido con cómplices como Tyler Joseph (Twenty One Pilots). Hablamos de una voz que ya en otros tiempos, en esos textos de su autoría, deslizaba mensajes de afirmación femenina, a menudo con humor, o recordemos aquel Man! I Feel Like A Woman (video-parodia de Robert Palmer) o su mofa y befa de los clichés seductores en That Don’t Impress Me Much (“¿Así que eres Brad Pitt?”). Aquí prima la revalorización del amor propio en el notable tema titular, donde se muestra reina de sí misma, determinada y presta a facturar como Shakira: “No quiero tu dinero, cariño / tengo mis propias herramientas”.

Expresiva como siempre, aunque llegó a declarar que su voz no ha vuelto a ser la misma desde que se cruzó con la enfermedad, lo cierto es que, entre la rehabilitación y los modernos recursos del estudio, luce aquí tan brillante y expresiva como siempre. Logra incluso que ciertas canciones menores, que las hay, parezcan algo más de lo que son. Entre las mejores, Got It Good, con su tonada instantánea, y el destemplado medio tiempo de cierre, The Hardest Stone, donde se amonesta por no haber aprendido todavía lo suficiente sobre los asuntos del corazón. Piezas que contribuirán a poner al día el perfil de una artista que, en los últimos tiempos, ha visto cómo le salían fans como Harry Styles, Kacey Musgraves y la mismísima Taylor Swift.