Carmen Lomana rechaza asistir a la boda de Tamara Falcó: "Igual me dan arsénico"

Confiesa con ironía que Tamara es su "debilidad"

Carmen Lomana y Tamara Falcó

Carmen Lomana y Tamara Falcó

María Fernández

La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ya centra toda la atención de la prensa rosa. Pese a sus idas y venidas, apenas quedan dos semanas para que se den el deseado 'sí, quiero'. En enero anunciaron su compromiso matrimonial y, desde entonces, no hay día que no se comente en los medios de comunicación alguna novedad sobre este enlace.

Por ejemplo, Ana Rosa Quintana no ha dudado en confesar que la espera se le está haciendo un poquito larga y está deseando que llegue por fin el 8 de julio, día fijado para el enlace de la marquesa. Y otra, Carmen Lomana, siempre sincera y divertida, ha admitido en más de una ocasión que es un asunto que le "aburre" soberanamente.

Sin embargo, y aprovechando su presencia en el 60 cumpleaños de su amiga Alaska, Europa Press le preguntó por esta boda, que confiesa con ironía que Tamara "es mi debilidad". Por ello, no ha dudado en fantasear con la posibilidad de que la marquesa la invite a última hora aunque, después de lo que la ha criticado, bromea con que aunque "me lo merezco, Tamara, querida, por todo lo que he hablado de tí", no iría porque "igual me dan arsénico en la leche".

Sobre su ingreso en la clínica Buchinger para someterse a una terapia de ayuno y estar espectacular en su gran día, Carmen está convencida de que "lo estará disfrutando". "Ya me gustaría a mí" reconoce entre risas.

La última polémica que rodea a los novios, la filtración del teléfono de Íñigo en un chat de hostelería. Algo que la colaboradora asegura que "creo que lo ha soltado él a ver si le llaman por si acaso".