Matrimonios famosos

Cuando las bodas terminaban a tiros

Casarse con un famoso no tiene por qué ser sinónimo de boda de cuento de hadas; el enlace puede acabar como el rosario de la aurora por culpa de los ‘paparazzis’ o porque los novios pertenezcan a familias enfrentadas, en plan los Montesco y los Capuleto

Madonna y Sean Penn, cuando eran pareja, a mediados de los años 80 del pasado siglo. |   // INSTAGRAM

Madonna y Sean Penn, cuando eran pareja, a mediados de los años 80 del pasado siglo. | // INSTAGRAM / Laura Estirado

Laura Estirado

No todas las bodas del mundo celebrity salen perfectas o a las mil maravillas como la de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, en su palacio de El Rincón, y con su exclusiva del millón en ¡Hola! Casarse con un famoso no tiene por qué ser sinónimo de boda de cuento de hadas; de hecho, el enlace puede acabar como el rosario de la aurora por culpa de los paparazzis o porque los novios pertenecen a familias enfrentadas, en plan los Montesco y los Capuleto.

Nos encanta saber que los ricos también lloran y se equivocan. Por eso, repasamos aquí algunas historias de cantantes, actores y aristócratas que la liaron parda el mismo día que se daban el sí, quiero.

E Madonna y Sean Penn, balas contra los ‘paparazzis’. Se conocieron el 13 de febrero de 1985 en el set de Material Girl y se casaron a los seis meses. Madonna era la reina del pop que emulaba a Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias, y Sean Penn, el entonces actor de moda que Rolling Stone había bautizado como el nuevo “rebelde sin causa”. En su primera cita, en el club más cool que había en Nueva York, ella llamó a los paparazzis y el actor se encendió. Odiaba que le persiguiera la prensa, y ya había acabado a golpes con algún fotógrafo.

Para evitar el acoso, la boda se celebró en Malibú, en la mansión de un amigo y los invitados recibieron el tarjetón solo 24 horas antes. Pero alguien se fue de la lengua y filtró a los medios la ubicación. Armado con un 45, Penn comenzó a disparar contra los helicópteros mientras Madonna trataba de contenerlo. Sobre la arena de la playa habían escrito en grande la dedicatoria “joderos”.

E Pocholo y Sonsoles Suárez, dos mundos irreconciliables. Se conocieron en la discoteca Pachá un año antes de casarse. Los dos iban con sus novios respectivos, pero lo suyo fue un flechazo. Cuando se supo que Pocholo Martínez-Bordiú, sobrino del marqués de Villaverde, que estaba casado con Carmen Franco (la hija del dictador), y Sonsoles Suárez, la hija pequeña del primer presidente de la democracia, salían juntos, las bromas corrieron por todo el país. Aquello sería “el fin de la UCD”. La peor parte se la llevó el padre de la novia, Adolfo Suárez, al que llamaban “traidor convertido en duque y ahora familia del generalísimo”. El bodorrio fue en 1992, en el Monasterio de Piedra (Nuévalos, Zaragoza), y reunió a familias del franquismo, de la nobleza, de la democracia y a los cachorros de la jet. Aunque Pocholo ha confesado que Sonsoles fue la mujer de su vida, el matrimonio con la expresentadora de Espejo Público duró solo un par de años.

E Angelina Jolie y Billy Bob Thornton, amantes de sangre. El 5 de mayo del año 2000, la pareja de actores conocidos como la bella y la bestia se casaron en Las Vegas tras dos meses de relación. Angelina Jolie tenía 24 años y Billy Bob Thornton 44. Para ella era su segundo enlace; para él, el quinto. Ambos fueron la pareja más inquietante (por no decir vampírica o satánica) de los primeros años 2000. Hasta su separación, en 2003, hicieron cosas rarísimas, como “llevar un vial con sangre del otro en frascos alrededor del cuello”. Si ella le regaló dos nichos en un cementerio de Arkansas, él, varios cuadros pintados con su propia hemoglobina. Juntos adoptaron a una rata, y le pusieron de nombre Harry, y practicaban sexo en una mesa de billar, cuyo fieltro le dejaba a Jolie quemaduras en la piel de las que presumía en las entrevistas.

E Gina Lollobrigida y Javier Rigau, un lío de senectud. En 2010, la actriz italiana Gina Lollobrigida se casó con el empresario español Javier Rigau, al cual sacaba 34 años. “Siempre tuve debilidad por los hombres jóvenes, porque son generosos y no tienen complejos. Javier, como todos los españoles, es apasionado, y eso a mí me encanta”, reveló la mítica actriz del cine italiano, fallecida a inicios de 2023. Se conocieron en una fiesta en Mónaco en 1984 y tres décadas después se hicieron marido y mujer, en un matrimonio por poderes celebrado en Barcelona. Ella aseguró que la boda se había llevado a cabo sin su consentimiento, y denunció la “estafa” en 2016. Explicó que había sido engañada por Rigau, al que acusó de solo querer tener acceso a su patrimonio. Tras un largo proceso judicial en el que el catalán fue absuelto, Lollobrigida logró la nulidad matrimonial.

E Britney Spears y Kevin Federline, patraña en chándal. Después de que su primer matrimonio con su amigo de la infancia Jason Alexander durase 55 horas, la cantante Britney Spears se casó ese mismo año, en 2004, con el bailarín de su coro Kevin Federline. Tras un fugaz noviazgo de tres meses, la pareja decidió unirse en matrimonio. La fiesta de compromiso que se iba a celebrar en una mansión privada de Studio City, al noroeste de Los Ángeles, se convirtió en una boda improvisada para todo el mundo, excepto para los novios. Como parte de la broma, la pareja preparó los trajes para los invitados, aunque en lugar de ropa elegante de boda, se les hizo entrega de cómodos chándales. Aquella patraña nupcial no tuvo ninguna validez legal, por lo que Spears y Federline tuvieron que firmar luego los papeles necesarios para obtener su verdadera licencia matrimonial. Su divorcio no tardó en llegar, solo tres años, en 2007.