Bradley Cooper se lanza a por el Oscar y Polanski se estrella

El actor estadounidense dirige, produce y protagoniza ‘Maestro’, el biopic sobre el músico Leonard Bernstein que lleva meses promocionada como una de las favoritas a los premios de Hollywood

Fotograma de ‘Maestro’, de Bradley Cooper. |   // LOC

Fotograma de ‘Maestro’, de Bradley Cooper. | // LOC / NANDO SALVÀ

NANDO SALVÀ

Aunque hasta hace no mucho el mérito más reconocible de Bradley Cooper era ser el guapo de Resacón en Las Vegas, a lo largo de los años ha llegado a sumar nueve nominaciones al Oscar. Y ahora ha decidido que ya es hora de que le den la condenada estatuilla o, al menos, eso es lo que se deduce de su nueva película, Maestro, con la que ahora aspira al León de Oro y de la que es director, productor, guionista y protagonista.

La historia tiene todas las características que suelen gustar a los votantes de la Academia de Hollywood. Está ambientada en el mundo del espectáculo; su personaje principal fue uno de los músicos más importantes del siglo XX, Leonard Bernstein; ha exigido de Cooper una vistosa transformación física, y la historia contiene ingredientes de gran potencial trágico, como la homosexualidad reprimida y la enfermedad terminal.

Además de todo eso, Maestro lleva meses siendo promocionada como una de las películas a batir en la próxima temporada de premios, algo a lo que ha contribuido la estúpida polémica en la que se vio envuelta hace poco en las redes sociales: hubo quienes, por algún motivo, decidieron que la nariz protésica que Cooper luce en pantalla es antisemita. Ayer, él no pudo opinar al respecto, porque no ha viajado a Venecia. Maestro es una producción de Netflix, y la huelga de actores estadounidenses se lo ha impedido.

La película repasa la tormentosa unión sentimental que el autor de las bandas sonoras de películas como West Side Story y La ley del silencio mantuvo con Felicia Montealegre, a la que encarna Carey Mulligan.

Es impecable a la hora de reconstruir las diferentes épocas por las que pasa la historia, recrea a la perfección algunas de las actuaciones más icónicas de Bernstein, incorpora la cantidad justa de números musicales y ofrece a Cooper como a Mulligan numerosos momentos de lucimiento, que él usa para actuar muchísimo. Es una película en la que todo está en su sitio, y que no presenta ningún error de calculo pero sí mucho exceso de cálculo o, dicho de otro modo, que no tiene alma. Todo eso va a dar lo mismo cuando Cooper recoja un premio tras otro.

¿Ausencia por vergüenza?

Cuando se supo que Roman Polanski no iba a viajar a la Mostra para presentar su nuevo largometraje, The Palace, la ausencia se atribuyó a su avanzada edad (tiene 90 años) o a la controversia que genera su presencia a causa de los delitos sexuales por los que fue condenado y los que se le atribuyen. Tras ver la película, presentada fuera de concurso, lo más sensato es dar por hecho que no ha venido porque se avergüenza de ella.

Ambientada en el típico hotel de los líos, se basa en el tipo de humor que uno atribuye a ases de la comedia como Los Morancos o Raúl Sender, e incluye chistes de cacas, eructos y perros que tienen sexo con pingüinos. Además, es gordófoba, islamófoba, rusófoba y misógina. No solo es la peor película de la carrera del polaco, nadie podía imaginar que fuera capaz de caer tan bajo.