Bruselas había abierto el pasado noviembre una investigación en profundidad sobre el proyecto de compra -cifrado en unos 2.900 millones de euros- al sospechar que la operación podría tener efectos negativos en un mercado con pocos competidores.

Tele Atlas es, junto a la estadounidense Navteq, la única empresa fabricante de mapas digitales que ofrece una cobertura completa de Europa y Norteamérica.

Estos mapas son un elemento fundamental para el funcionamiento de los sistemas de navegación portátiles para automóviles, un sector en el que TomTom está a la cabeza en la UE.

Tras analizar los posibles efectos de la fusión de las dos empresas, Bruselas cree que la "innovación y la competición que se ha visto hasta ahora en el sector" seguirá existiendo con la operación, señaló la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, en un comunicado.

La CE estudió durante los últimos meses si la integración vertical de las compañías podría limitar la competencia, dado el duopolio existente en el mercado de mapas digitales y el liderazgo de TomTom en el sector de la navegación para automóviles.

En concreto, los servicios de competencia del Ejecutivo comunitario se centraron en las posibilidades de que la compañía resultante de la fusión dificultase el acceso de los fabricantes de sistemas de navegación a los mapas necesarios para su funcionamiento.

La opinión final de Bruselas es que es "poco probable" que la empresa siga esta estrategia dada la existencia de un competidor fuerte como Navteq.

Además, considera que la compañía no tiene incentivos para restringir el acceso a los mapas de Tele Atlas, pues el descenso de estas ventas no podría compensarse logrando más ingresos con los sistemas de navegación de TomTom.