Mucho ha llovido desde que Windows XP -letras que provenían de la palabra 'eXPerience', experiencia en inglés- saliera a la venta en 2001. Era el inicio de un nuevo milenio y el nuevo sistema operativo de Microsoft era esperado como agua de mayo. Algo normal si tenemos en cuenta que otro 'Millenium', el anterior sistema operativo de Microsoft, había dado tantos problemas que ya era considerado por muchos como el peor Windows de la historia.

Y con semejante panorama llegaba a las tiendas de todo el mundo Windows XP. Era el 25 de octubre de 2001 y en apenas dos meses ya estaba instalado en más de 500 millones de ordenadores en todo el planeta. Era la locura: un Windows eficaz y fluido que funcionaba con soltura, lejos de su predecesor.

Y es que no era para menos. Desde Windows 98 la compañía de Redmond no había sido capaz de lanzar al mercado un producto en condiciones, y tal vez por ese motivo a Microsoft le salió un producto tan redondo. Se notaba que habían puesto toda la carne en el asador y la empresa que por aquel entonces todavía estaba en manos de Bill Gates quería reverdecer viejos laureles y acallar las críticas.

Windows XP presentaba muchísimas mejoras en la estabilidad y el rendimiento de los equipos, y se introdujeron nuevas mejoras en la gestión del software. Además, fue el primero que utilizó un sistema de activación del producto para intentar -no con mucho éxito- reducir la piratería que ya empezaba a hacer de las suyas.

Ha sido más de una década de poder disfrutar de uno de los mejores, más estables y amables sistemas operativos en la historia de Windows. XP era rápido, agradable gráficamente y su interfaz de usuario sencilla. El sistema operativo se ha mantenido al pie del cañón hasta ahora, incluso mejorando notablemente a su sucesor, el nefasto Windows Vista.

El fin del soporte de Windows XP, a partir de hoy, supone un grave problema para gran parte de usuarios y PYMES de todo el país. Según un estudio de Ipsos, el 30% de las empresas españolas que todavía utilizan Windows XP no tienen un plan de migración a un nuevo sistema. Dejar de tener soporte significa que se acaban las actualizaciones, y sin ellas se abre todo un mundo para que hackers y piratas informáticos puedan acceder al material sensible de las empresas.

Algunos fabricantes como Lenovo, Toshiba, Dell o HP, junto con la propia Microsoft, han puesto en marcha diferentes planes para renovar el parque informático de las pequeñas y medianas empresas que siguen ancladas en equipos con más de diez años. Pero tal vez no sea este el mejor momento para cambiar el ordenador del taller o la panadería. Al menos eso deben pensar miles de pequeños empresarios españoles.

Hoy Microsoft dice adiós a la que ha sido una de sus mejores creaciones, y mira al horizonte con dudas. Windows 7 -lanzado en 2009- no ha gustado demasiado y el revolucionario -sí, revolucionario- Windows 8 no ha terminado de calar en un mercado al que, pese a las innovaciones, le cuesta cambiar. En el horizonte está el recientemente presentado Windows 8.1, que recupera un elemento reclamado con ahínco por los usuarios de Windows: el botón de inicio. Un sistema que podría volver a poner a los muchachos de Redmond en la cúspide y tal vez hacer olvidar malas experiencias anteriores.

Pero hoy toca despedirse de un grande, y esperar que lo que está por llegar sea, al menos, igual de bueno.