Hacer la colada a veces es una de las tareas domésticas más tediosas. Ya no digamos planchar después la ropa arrugada. Aquello de "si sabes tender no tienes que planchar" no siempre se cumple. Hay prendas que sí o sí requieren una mano de plancha una vez se han secado. Y, por supuesto, también hay personas a las que les gusta llevar su ropa sin la más mínima arruga o marca. Para todos estos casos, os traemos un truco casero que puede hacer que el proceso sea más rápido y eficiente: el papel de aluminio.

El papel de aluminio es un secreto bien guardado en el mundo del planchado. ¿Por qué? Pues resulta que este material tiene la capacidad de generar un efecto de doble calentamiento, acelerando la eliminación de las arrugas. Al colocar una hoja de papel de aluminio debajo de la prenda mientras planchas, este actúa como un conductor de calor adicional. La plancha calienta el papel de aluminio, el cual, a su vez, transfiere el calor a la prenda desde abajo. Esta combinación de calor directo e indirecto suaviza las arrugas de manera más rápida y eficiente que el planchado convencional.