El Real Madrid pisará el césped del litúrgico estadio de Wembley, una de las joyas de la corona, en busca de su decimoquinta Copa de Europa. Y lo hará en un ambiente paradójico en el que la frase más escuchada estos días en el vestuario blanco ha sido “¡No hay que confiarse!”. Afirmación que implícitamente admite ese favoritismo que incomoda a los futbolistas al tiempo que delata el optimismo antropológico de su hinchada. Lo advertía Modric en la sala de prensa: "Todos nos dan favoritos por mucho, pero el partido está al 50%. Jugamos ante un grande que ha hecho una gran temporada en la Champions".