Una decena de trabajadores de Safari Madrid se quedaron a dormir en las instalaciones la madrugada del domingo 3 de septiembre. En vistas de la previsión de lluvias torrenciales, decidieron pasar la noche cerca de los animales, por si tenían que intervenir en tareas de limpieza o rescate. Acabaron interviniendo durante 17 horas seguidas, dada la cantidad de agua que afectó a este zoo situado a 60 kilómetros de Madrid.