El miércoles de intensa angustia e interminables horas de espera en este barrio residencial de Alzira termina de la peor manera. Raquel ha sido asesinada por su expareja, que ha acabado suicidándose. Por la mañana, la Policía Nacional recibe varias llamadas de vecinos. Aseguran haber oído disparos. La zona se acordona. A un kilómetro, el chalet del policía nacional jubilado de 70 años. Tras doce años casados, él y su mujer se separan hace 5 meses. A primera hora, la víctima acude a recoger unos enseres a casa de él, acompañada por uno de sus hijos, de un matrimonio anterior. Comienza una fuerte discusión que termina con él atrincherándose con su expareja. Al domicilio llega un equipo investigador, un grupo de Operaciones Especiales y los GEOS de Guadalajara. Fuera, familiares y amigos esperan ocho agónicas horas con la esperanza de que el desenlace fuera otro. Una esperanza que se ha hecho añicos a las 7 de la tarde.