Que hayan pasado 400 años desde la muerte de Cervantes -ocurrida el 22 de abril de 1616- y sigamos conmemorándolo, es un hecho que nos honra. Para esta ocasión, ha aparecido un interesante portal digital: 400cervantes.es -les sugiero que le echen un vistazo-. Además, se multiplican los actos cervantinos, por el mundo.

Me gustaría señalar que el insigne escritor tanto genera admiración como recelo en los potenciales lectores. Muchos jóvenes -sobre todo- huyen de El Quijote por considerarlo "insufrible", sin leerlo. Algunos solo se atreven con ediciones modernizadas y, si puede ser, prefieren leer solo el resumen de la obra. Esto me parece una aberración. Opino que cualquier creación literaria debe ser leída en su versión original. En el caso de Cervantes, para salvar la distancia temporal, las ediciones han de contener aclaraciones de términos arcaicos y en desuso.

Por más relecturas que haga de El Quijote de la Mancha nunca dejará de sorprenderme. Tanto me provoca risas como reflexiones profundas. Me traslada a los Siglos de Oro y, sin transición, me sitúa en la rabiosa actualidad, con sus conceptos, precursores de la narrativa moderna. Es un verdadero compendio del buen hacer literario de un visionario, un adelantado a su tiempo y, por ello, se entiende que sigamos homenajeándole, en pleno siglo XXI.

Ojalá aumente el número de conocedores de Cervantes, más por haber leído sus obras, que por el mero hecho de oír hablar de él.

Desde hace años las entidades de banca y ahorro han realizado frecuentes concentraciones, fusiones, cierre de oficinas y reducción de plantillas. Desde el inicio de la crisis económica el sector ya ha recortado un 26% de personal y un 33% de oficinas. Las últimas noticias anuncian que las entidades españolas, para poder superar las mayores dificultades para hacer negocio y contemplando un entorno de reducción de ingresos por unos márgenes cada vez más estrechos, y unos requisitos de capital mayores van a continuar ajustando los costes, por lo que próximamente van a iniciar un nuevo reajuste con el cierre de 5.000 oficinas y una reducción de la plantilla superior a los 4.000 empleados. Recientemente se ha conocido que el sueldo de los primeros ejecutivos del Ibex 35 aumentó un 80% en el año 2014, frente al año anterior. Las dos primeras entidades bancarias españolas tienen unos presidentes y consejeros delegados con retribuciones anuales de 5,5 a 8,85 millones de euros. Los resultados anuales de estas entidades ponen de manifiesto las imprudencias y errores en la toma de las decisiones de los miembros de sus consejos y directivos que frecuentemente producen pérdidas millonarias -muy superiores al coste que ahora quieren al reducir la plantilla-, a pesar de ello, es poco conocido que hayan dimitido o hayan sido sancionados por esas decisiones, sin embargo, qué fácil les resulta continuar reduciendo plantilla. Pienso que es necesario que estos ejecutivos tengan una mayor sensibilidad social y responsabilidad en la toma de sus decisiones, y en vez de plantear disminuir la plantilla, dieran ejemplo presentando una reducción de sus elevadísimos ingresos, mantuvieran el empleo y buscaran otras medidas para hacer frente a los nuevos desafíos.