La tregua decretada en Siria, aunque débilmente apuntalada, era esperanzadora, ya se ha roto.

Y es que a pesar intentonas con poca voluntad, no habrá paz en Siria si la comunidad internacional no se pone de acuerdo para detener una guerra con miles de muertos y millones de desplazados.

Pero tampoco habrá paz si los rebeldes sirios y el gobierno no respetan el acuerdo durante al menos una semana.

Si se supera esa fecha, Rusia y Estados Unidos combatirán juntos contra el llamado Estado Islámico. Ese es el principal enemigo. Los sirios deben poder volver a vivir juntos.

Seis millones de refugiados, millones de desplazados, cientos de miles de muertos reclaman justicia.

Y la justicia empieza por que callen las armas, se atienda a los heridos y la población sea protegida.

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