Si hacemos caso a lo que nos dicen los políticos, es probable que muchos ciudadanos, entre ellos yo, nos sintamos confusos sobre la mayor o menor salud de que goza la economía española.

Según los responsables del Gobierno la producción crece con inusitada fuerza. Y por el contrario, el discurso de las oposiciones se centra en la desaceleración económica que sufrimos. Es evidente que unos y otros se posicionan en la parte de la realidad que les interesa destacar ya que aunque la economía española está creciendo fuertemente en 2016, incluso ligeramente por encima de lo esperado, no es menos cierto que los síntomas para 2017 apuntan hacia la desaceleración.

Tengan unos u otros la razón está claro que, para los que vivimos el día a día, lo que nos preocupa es la facilidad con la que cualquiera de nosotros puede caer en la pobreza por la pérdida del empleo y no salir de ella a pesar de esfuerzo y perseverancia.

Oxfam dice "casi el 30% de los españoles se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Los ricos más ricos y los pobres más pobres".

Esta es nuestra realidad y es por ello que la clase trabajadora debe situarse en una posición de fortaleza que le permita ser más eficaz en la lucha reivindicativa para recuperar y mejorar los derechos y condiciones de vida.

La clase trabajadora debe tener capacidad para decidir sobre las condiciones laborables y sociales, y es por ello que los sindicatos algo deberían hacer comportándose mas como un movimiento social que apueste por recuperar su capacidad de negociar, anulada en beneficio de la empresa en la reforma laboral.

Es obvio que si los sindicatos son capaces de tomar las calles algo se avanzará, por ello doy la bienvenida a las manifestaciones que los sindicatos CCOO y UGT han convocado para los días 15 y 18 de diciembre para denunciar la situación de miseria en la que viven muchas familias y trabajadores y espero y deseo que a pesar de las presiones mantengan la convocatoria.

Trabajando se come y comiendo se vive. (Juan Rulfo)