Mito, leyenda, un símbolo del exceso y la irreverencia que con tan solo 19 años pasó por toda la historia de poesía. Así se puede intentar definir a Arthur Rimbaud, cuya vida a galope ha sido reconstruida por Edmund White en un biografía que profundiza en la relación sentimental con Paul Verlaine.

Una biografía, todo un acontecimiento literario para este otoño, que publica Lumen y que ya está en las librerías, con el inabarcable título de Rimbaud, escrita por otro grande, el novelista, ensayista y biógrafo White, quien ya ha desentrañado a otros grandes de la literatura como Proust o Genet, además de ser autor de títulos como La hermosa habitación está vacía.

Miembro de lo que se llamó en los años 80 el grupo Violet Quill, escritores amigos homosexuales que vivían en Manhattan donde se reunían para comentar sus obras, White analiza, repasa y busca los motivos biográficos del gran poeta maldito.

Desde su infancia y época estudiantil, cuando ya a los 15 años fue laureado en el colegio en composición latina, hasta la creación de sus dos obras: Una temporada en el infierno e Iluminaciones, que cambiaron el rumbo de la poesía.

Todo eso unido a su peripecia vital, porque hasta que a los 19 años este joven de ojos azules, peligrosos como un veneno -Verlaine habla de "los crueles ojos celestes y de su fuerte boca roja"- decide dejar de escribir y cambiar su vida por la aventura para hacer dinero como contrabandista de armas en África, la poesía y la vida eran un solo camino hacia el infierno.

"El poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos", escribió Rimbaud. Paul Celan consideraba que su obra era la de "un místico salvaje". Arthur Rimbaud (Charleville, 1854-Marsella, 1891) murió a los 37 años, de un cáncer de huesos y con una pierna amputada, tras 63 días en el hospital, cerca de su madre y hermana, y muy lejos de su lado salvaje.

"Siendo yo un desgraciado adolescente gay, sofocado por el aburrimiento y la frustración sexual, y paralizado por el odio hacia mí mismo, anhelaba huir a Nueva York y triunfar como escritor; me identificaba completamente con los deseos de Rimbaud de ser libre, de ser publicado, de ser sensual, de ir a París. Lo único de lo que carecía era de su arrojo". Así comienza White esta novela biográfica del poeta oscuro.

Una muestra de la intención apasionada con la que está escrita, con el claro deseo de interpretar la vida y quitar la máscara a este mito que escribió "Yo es otro" o "Hay que ser absolutamente moderno".

Y es que Rimbaud fue para White un héroe de la infancia, al que la relación turbulenta, apasionada y violenta con su Verlaine le apasiona.

"El mito de Rimbaud me pareció a la vez enigmático y emocionante...leer que los dos hombres 'eran uno en la vida privada' me entusiasmó, pero en este caso Rimabud dominaba a Verlaine, el poeta de más edad. Rimbaud era el principal, el 'esposo infernal', y Verlaine, diez años mayor y casado, era la pasiva, 'virgen fatua", escribe.

En cuanto a sus obras, White añade que Rimbaud era el fervoroso revolucionario que pensaba que la poesía tiene que romper con la tradición e inaugurar una nueva era de la historia humana.

"Fue el poeta más experimental de su época, alguien que en los cuatro breves años de su carrera logró tener tres estilos completamente distintos, mientras que Verlaine fue una voz mucho más lírica".

Rimbaud enamoró a Verlaine, separándole de su mujer e hijo, desde que le escribió una carta con varios poemas y Verlaine le contestó:

"Ven querida gran alma". Después viajaron, se amaron, pelearon, fueron vagabundos en las calles embriagados de alcohol, pasión y deseo por buscar la luz al fondo de la oscuridad, hasta que una pelea con un disparo de Verlaine en la mano de Rimbaud abrió el abismo entre los dos.