El anticuario zamorano Ignacio Martínez partió en 1931 de un conjunto de piezas originales que "completó con reproducciones" para levantar un claustro entero en una finca privada del madrileño barrio de Ciudad Lineal. Con la colaboración del fotógrafo Vicente Moreno realizó un detallado book de imágenes para promocionar las galerías en el exterior, probablemente en Estados Unidos. Para ello recurrió a un intermediario de la máxima solvencia: Arthur Byne, hasta entonces agente en España del multimillonario William Randolph Hearst, pero individuo capacitado para buscar compradores alternativos, ante la ruinosa situación de las finanzas de Hearst. A causa de la muerte de Byne, en 1935, la venta se demoró hasta finales de los años cincuenta y el conjunto acabó en Gerona.

Esta es la teoría que baraja el historiador leonés de origen asturiano Gerardo Boto, quien hace casi dos meses "redescubrió" para la opinión pública el ya célebre claustro de estilo románico que hoy descansa en Palamós. Desde la visita de los técnicos de la Generalitat al conjunto arquitectónico para estudiar su autenticidad, el profesor de Historia del Arte Medieval de la Universidad de Gerona inició un silencio que rompe ahora, consciente de que la Administración catalana ya tiene una decisión tomada que, seguramente, dará a conocer hoy o mañana.

Parte de los expertos de la comisión cree que las galerías son falsas, pero Boto les reta a atravesar "varias líneas rojas" para "que demuestren" que estamos ante un conjunto fabricado íntegramente en los años 30. El historiador sigue convencido de que el claustro es "parcialmente auténtico". "Mi drama es que no he encontrado aún el monasterio del que procede", proclama. Habrá que esperar a que los análisis de la piedra aclaren la procedencia de las piezas. "No sé si habrá uno o dos tipos de piedra", precisa.

La argumentación del profesor de Gerona se basa en las marcas de apalancamiento que se perciben en los zócalos, en la iconografía de dos capiteles de los que no se conocían fotografías por entonces para poder reproducirlos y en el sentido común: "La operación comercial empezando de cero y con todos los elementos falsos es inviable en términos económicos y transfronterizos", esgrime.

En buena parte de los zócalos que sostienen el conjunto se pueden "marcas de apalancamiento" en piezas que habrían sido extraídas con una herramienta para llevarlas a Ciudad Lineal. "Si hubiera sido falsificado todo en otro sitio -como sostiene el arquitecto José Miguel Merino de Cáceres- no existirían estas marcas", razona.

A continuación viene la aseveración más sorprendente. Si damos por bueno que una parte de los zócalos son originales y que estos -con unas dimensiones insólitamente anchas- determinan las proporciones del resto del conjunto, "es verosímil que la volumetría sea la original incluso aunque todas las piezas que están encima sean falsas".

Próxima parada: los capiteles. Hay dos cuyo origen se sitúa en la zona de Aguilar de Campoo. Estos últimos "a principios de los años 30 no habían sido fotografiados y, por lo tanto, no podían ser plagiados por ningún cantero", sostiene.

De otra parte, el "redescubridor" del conjunto de Mas del Vent piensa que "inventar" un claustro de la nada es "inviable" como operación comercial.

A lo largo del proceso de investigación sobre el origen del claustro hallado en Palamós, se planteó la conjetura de que pudiera proceder del monasterio ovetense de Santa María de la Vega, convertido desde mediados del siglo XIX en Fábrica de Armas.

Tal hipótesis se basaba, por una parte, en la riqueza de aquel monasterio, fundado por Gontrodo Petri, amante del rey de Castilla, Alfonso VII -riqueza que haría verosímil que contase con un espléndido claustro-, y, por otra, en el velo de ocultamiento que la fábrica habría tendido sobre la pieza durante 80 años -desde 1854, en que las monjas fueron expulsadas de su casa, hasta 1931-, que explicaría su pasmosa aparición en Madrid sin dejar rastros.

A juicio de Gerardo Boto, esta conjetura carece de credibilidad. "Ya me gustaría que el claustro procediera de Oviedo, pero estoy seguro de que no es así", asevera.