No llama la atención tanto como la de Pisa, pero la torre sur de la catedral -la de la derecha, mirando desde el Obradoiro- está inclinada 40 centímetros. Ni siquiera en la mayor restauración que se va a acometer en la historia del templo se va a poder corregir un fallo que ya detectaron los constructores en el siglo XII. No obstante, gracias al plan director sí se van a remediar una multitud de "lesiones" que afectan a la iglesia, algunas de ellas detectadas por escaladores profesionales por su difícil acceso.

Pese a que está construido con granito gallego, el templo sufre los achaques de la edad, 800 años. Tanto que se le han detectado 500 patologías. Algunas de ellas tienen repercusión directa en el Pórtico da Gloria. Así, para restaurar el conjunto escultórico del Mestre Mateo, financiado por la Fundación Barrié, antes hay que hacerle algo más que un lifting a la fachada del Obradoiro, por la que se cuela al interior agua suficiente como para hacer inútil una intervención.

Para evitar el deterioro del Pórtico, la Fundación Catedral anunció ayer que acometerá con "urgencia" las obras precisas en la portada barroca, sobre todo en las dos torres, la de la Carraca (norte) y la de las Campás (sur). Ambas están "igual de mojadas por dentro que por fuera", señaló el arquitecto director de la oficina técnica de la Fundación Catedral, Javier Alonso.

El proceso será largo. Sin contar con que, aparte de los trabajos, que se prolongarían entre 15 y 18 meses, habría que esperar un año más de "secado" para actuar sobre el Pórtico. Cuando estas primeras obras finalicen, se continuará con un lavado de cara integral de la fachada dado que los andamios de las torres -será la primera vez en la historia que enturbien la postal desde el Obradoiro unos andamiajes- son "muy caros", señala Alonso.

Ahora toca conseguir la financiación, explicó Daniel Lorenzo, canónigo responsable de Cultura. El proyecto se remitirá a Fomento para obtener fondos del llamado 1% cultural, pero eso solo cubriría el 75% de los 1,9 millones que se necesitan para abordar lo básico. Hasta que se consiga el 25% restante no se acometerán las obras. De ahí el llamamiento que hizo a instituciones y empresas en busca de colaboración.

Como explicó el arquitecto, al que le "preocupan" más que nada las caídas de piedras desde las torres -que ya se han producido y todo apunta a que no desistirán de su empeño-, los problemas de la catedral se deben en su mayoría a la "falta de mantenimiento". Tener todo bajo control costaría 1,5 millones al año, pero solo 300.000 se destinan a ese fin porque, recordó, no se cobra entrada.

En cuanto haya fondos, a los especialistas les aguardan multitud de tareas. Una de ellas es arrodillar al Mestre Mateo -o Santo dos Croques- sobre el suelo, es decir, recuperar el tercer escalón de entrada a la basílica, por lo que ahora la estatua parece flotar.

Las otras labores que acometerán los técnicos en cuanto haya fondos serán corregir filtraciones y extraer sales, costras y morteros en mal estado; reponer piezas de cantería rotas o deterioradas, sustituir grapas oxidadas; reemplazar los tirantes de hormigón de las cúpulas por otros metálicos; se construirán ventanas nuevas en la fachada y se abrirán otras cegadas, incluida una en la cripta, y se reconstruirá la escalera interna de la Torre das Campás.

El deterioro de esos peldaños fue una de las razones que justificó el uso de escaladores para realizar el diagnóstico de los males de la catedral.