Como todo buen escritor, Félix de Azúa sabe contar historias y entretener con ellas, y ayer lo demostró al convertir su discurso de ingreso en la Real Academia Española en un ameno "cuento" con el que evocó sus comienzos literarios y su pasión por las novelas de aventuras caballerescas.

En un acto presidido por el ministro de Educación y Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, y ante más de quinientos invitados, el poeta, novelista y ensayista catalán leyó su discurso, titulado Un neologismo y la Hache, al que luego respondería Mario Vargas Llosa.

El curioso título del discurso le sirvió a Félix De AzúaFélix De Azúa (Barcelona, 1944)) para rendir homenaje a su antecesor en el sillón H, Martín de Riquer y para contar cuánto le debe a ese gran medievalista y experto en Cervantes, cuya erudición influyó en la amistad entre Carlos Barral y Vargas Llosa.