De su mismo sector, el financiero, a la energía, los servicios sociales, el vino, las infraestructuras o el audiovisual. La cartera industrial de las dos cajas rebosa participaciones empresariales, en muchos casos sin ninguna pretensión más que sacar rentabilidad al negocio, sin ánimo de entrar en su estrategia, y eso es un gran aliado en la operación.

Porque parte del adelgazamiento al que tienen que someterse para que los números cuadren pasa por vender esos paquetes accionariales que durante estos últimos años sirvieron a Caixanova y Caixa Galicia para engordar su balance. Con las operaciones protagonizadas en los últimos años y la suma exclusivamente del capital que guardan en firmas gallegas, la fusión suma más de 2.000 millones de inversión. Coinciden en unas cuantas o cuentan con firmas que operan en el mismo sector. Otro motivo para revisar su futuro.

Las participadas en Caixanova alcanzan los 2.400 millones de euros, un 9% de sus activos totales. Son 130 empresas en total, con un gran peso de las compañías de infraestructuras (21%), comunicación y nuevas tecnologías (20%), sector financiero (20%), energía (5%) y servicios (3%). Sin salir de la comunidad, todas esas empresas generan aquí 21.000 empleos.

El listado es largo. Un 5,08% de Pescanova, más de un 11% en Calvo, casi el 34% de Monbús, el 5% de Adolfo Domínguez, el 28,5% de Filmanova, otro 5% del Banco Pastor, un /% del Grupo Copo y el 4% de Elcano, el 11,4% de Itínere, el 5% de CLH, el 2,7% de NH Hoteles... A lo que se unen participaciones más elevadas -casi el 50% del Banco Gallego-, incluso con el 100% del capital, como es el caso de Sogevinus o Geriatros. Coincidiendo con los primeros pasos de la fusión con Caixa Galicia, la entidad viguesa vendió su participación en la firma de cable R al fondo de inversión CVC. Los pequeños accionistas saldrán de la compañía tecnológica, con lo que el control quedará en manos, de momento, de Caixanova y CVC, que se ha comprometido a invertir en el operador gallego de cable hasta 1.500 millones en nuevos proyectos.

Caixa Galicia vivió también este año la desinversión en una de las joyas de su corona industrial, la venta de la participación del 4,5% que tenía en la petrolera portuguesa Galp a través de la sociedad que gestionaba junto con el millonario luso Américo Amorim.

En su cartera se integran alrededor de 130 empresas, con un capital acumulado en Galicia de 686 millones de euros.

Sectores estratégicos, al igual que Caixanova, como el naval, las infraestructuras, la energía, la madera, la pizarra o la acuicultura. La facturación de todas ellas en 2009 tocó los 9.600 millones de euros, con 1.488 millones de beneficio neto. Ahí están el 19% de Norvento, Pescanova, Cupa o Plásticos Ferro, el 12% de Itínere y el 42,24% del Banco Etcheverría.

Son los dos bancos los que captan el foco principal de las ventas en la cartera industrial, justo en un momento en el que el sector financiero vive momentos convulsos por la crisis del negocio y la tendencia de la mayoría de entidades a tirar de tijera. Sin olvidar que la suma de ambas en Pescanova supera el 30% de máximo que hay para estar en una sociedad sin lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) y la coincidencia en actividades con firmas competidoras. La cartera, a partir de ahora, se repartirá entre las participaciones consideradas estratégicas y las corporativas.

De nuevo se impone la búsqueda de sinergias, la filosofía con la que se coserá la unión de las obras sociales. Caixa Galicia tiene aprobada para este 2010 una partida anual y con el excedente de ejercicios anteriores de 68 millones de euros. Caixanova, 45,5 millones.

Las dos han apostado, ante la delicada situación económica, por ser prácticos y priorizar el tejido productivo, la formación y la atención a los más desfavorecidos.

De nuevo se repite el problema de las redundancias, con la proliferación de sedes por todo el territorio gallego que cada una con sus respectivas fundaciones impulsaron. Hasta el punto de que es difícil ver si la competencia entre las cajas fue mayor en el negocio financiero o en el área social. Sus directivos aseguran que no sobra nada ni nadie y que el reto está en compaginarse "con acciones más eficaces y más eficientes".