A los sindicatos se les acumula en la recta final de los preparativos para la fusión de las cajas gallegas las consultas de trabajadores que son susceptibles de entrar en la bolsa de prejubilaciones voluntarias con la que Caixanova y Caixa Galicia aplicarán el obligado tijeretazo a la plantilla. El techo marcado en el pacto laboral establece un 85% del salario. Eso no quiere decir que todos los que opten por salir de las entidades financieras vayan a mantener ese porcentaje. Depende de la antigüedad, del sueldo que tengan, de los complementos que cobren y de las aportaciones al plan de pensiones, con lo que, según fuentes sindicales, la mayoría de ellos, con base en las simulaciones que hacen estos días, mantendrá alrededor de un 78% de los ingresos actuales.

El plazo para apuntarse a la bolsa de bajas se abrirá cuando la nueva entidad se inscriba en el Registro Mercantil. Csica y CCOO, con el 60% de la representación y las dos únicas fuerzas que firmaron el acuerdo, están convencidas de que hay suficientes candidatos para alcanzar los 1.235 retiros anticipados previstos para los mayores de 55 años, con la posibilidad de abrir la convocatoria a los que cumplan esa edad el próximo 2011 o en 2012. El resto de organizaciones sindicales lo dudan.

Tanto los que están a favor como en contra acudieron ayer a la entrega de la documentación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el que se van a formalizar las prejubilaciones en las dos cajas. El trámite de audiencia volverá a reunirlos la próxima semana para recoger alegaciones. Para entonces ya no está tan claro que acudan todos porque, y aquí sí que hay prácticamente unanimidad, los representantes de los trabajadores de casi todas las organizaciones critican el "paripé" del encuentro. "Nos entregaron un DVD y ahí se acabó todo", arremete Marita Pita, de UGT. "Las formas los pierden", añade Juan Quicler, de Csica, en referencia a los directivos de Caixanova y Caixa Galicia y sus asesores para el acuerdo laboral.

La CIG consultará con sus servicios jurídicos si el acto puede impugnarse. Los sindicatos recuerdan que los delegados tuvieron que venir desde toda España "para nada".

Hasta que el ERE reciba la aprobación del Ministerio de Trabajo -al igual que con la autorización de competencia, la autorización se analiza desde el punto de vista de la caja como un grupo financiero nacional- no podrán reunirse los miembros de la comisión de seguimiento del pacto laboral para vigilar que no hay ningún problema en las medidas firmadas.

Mientras, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, interpretó como "una moción de censura a cualquier política localista" el visto bueno del Parlamento gallego -con los votos a favor de PP y PSdeG y la abstención del BNG- al protocolo de fusión de Caixa Galicia y Caixanova.

"Nadie está en contra de la fusión y la inmensa mayoría está a favor", proclamó Núñez Feijóo al término del Consello de la Xunta, antes de considerar "muy bueno" el resultado obtenido en la votación de la Cámara. "Eso es lo que deseábamos cuando empezamos", agregó, antes de remarcar que esta "histórica" fusión era lo que "soñaba" la Xunta cuando inició su apuesta por la misma, "primero en solitario y después con la ayuda de los nacionalistas, las asociaciones sindicales y las empresariales".

Alberto Núñez Feijóo se mostró satisfecho de que Galicia "mantenga" una caja "propia" y permanezca en el mapa financiero estatal, para concluir que su Gobierno procederá a aprobar el protocolo cuando reciba el acta de la Cámara.