Jorge Dorribo Gude es uno de los empresarios más conocidos de la provincia de Lugo. Siempre con guardaespaldas —varios efectivos a los que echa mano tras las denuncias que recibió, según cuentan en su entorno, en países árabes en los que movía negocios— al gerente de los laboratorios Nupel le gustaba exhibirse. Si era a bordo de su Ferrari, mejor. La suya es la historia de un emprendedor que no duda en reconocer dos grandes quiebras en su trayectoria, y que ahora estaba centrado en el gran centro logístico que la compañía levantó en Andorra, con la ayuda de la consultora Proitec, participada también por Dorribo y encargada de los trabajos de asesoramiento para la construcción de las naves. Ahí, según apuntan varias fuentes, está la clave del caso.

Laboratorios Nupel es un grupo farmacéutico que fabrica medicamentos y distribuye los de otros fabricantes que tiene su sede central en el polígono lucense de O Ceao y donde trabajan 48 empleados. Otros doce estaban previstos en una nueva planta de envasado de medicamentos en unidosis en Sarria. El punto fuerte del negocio del holding, y que le permitió entrar en países de Latinoamérica y África donde la inversión sanitaria va muy al límite. Su invitación al presidente de Camerún, donde cuenta también con una fábrica de envasado en proyecto, junto a otra más en Emiratos Árabes, para conocer las instalaciones de su empresa fue muy sonada. Así, en 26 mercados, con 20 medicamentos diferentes y una facturación que ronda los 50 millones.

Los rumores, constantes alrededor de su vida y su trabajo, volvían a situar a Jorge Dorribo en una situación económica muy delicada, que él negó recientemente, aunque reconoció que Nupel retrasaba "unos días" el pago a proveedores.

La imagen de Dorribo está estrechamente vinculada a la del deporte. Especialmente al motor, con el impulso a una escudería de la mano del piloto coruñés Luis Moya —y que, por cierto, acaba de vender— y un campeonato bautizado con el nombre de la compañía.

El empresario fue consejero del Club Baloncesto Breogán hasta que un enfrentamiento personal con el entonces presidente, Jesús Lence, propietario de Leche Río, acabó en divorcio; patrocina con uno de sus productos al motociclista Marc Márquez; al equipo Emevé de voleibol; incluso motos acuáticas. Aunque sin demasiada constancia. De hecho, todavía en el Club Deportivo Lugo, del que iba a ser el principal patrocinador, o el Breogán, todavía están esperando los ingresos por publicidad contratados. El nombre que recibe la operación por parte de las autoridades, Campeón, no podría tener mejor explicación.