Las tensiones retornan a la economía española. A la espera de que mañana, viernes, se difundan los datos definitivos del examen a los bancos del país, la prima de riesgo española se disparó ayer hasta los 461 puntos básicos (remontó 35 puntos básicos a lo largo del día), la rentabilidad del bono nacional a diez años se elevó en el mercado secundario hasta el inquietante 6,064% (el rendimiento del bono alemán al mismo vencimiento se redujo hasta el 1,456%) y la Bolsa española lideró las caídas de las grandes plazas europeas, con un contundente retroceso del 3,92%, el cuarto mayor recorte del año y su peor jornada desde agosto.

El rechazo por parte de Alemania, Holanda y Finlandia a que el futuro fondo de rescate permanente de la UE (el MEDE) pueda financiar directamente a la banca española sin que esos recursos pasen por el Estado -como pretende el Gobierno español- ha hecho rebrotar la convulsión, en la certeza de que, en tal caso, el rescate europeo del sector financiero español (hasta un máximo de 100.000 millones) computará como aumento de la deuda estatal, lo que reabre las dudas sobre la sostenibilidad de la financiación soberana.

A ello se suman los malos presagio sobre el comportamiento económico, que apuntan a una profundización de la recesión. El anunció de que hoy el Gobierno aprobará el anteproyecto de presupuestos para 2013 con más ajustes, sacrificios y austeridad tampoco tranquilizó a los inversores.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, admitió ante la cúpula del diario económico estadounidense The Wall Street Journal que España pedirá a la UE el rescate de la economía española si el interés de la deuda se mantiene elevado durante mucho tiempo. Mientras, el ministro italiano de Finanzas, Vittorio Grilli, descartó que su país vaya a precisar ser rescatado. Italia, dijo, superará su crisis sin ayuda exterior y mantiene el programa de reformas sin restricciones.

Aunque Rajoy no precisó cuál es el coste de la deuda y cuánto el tiempo de vigencia de esos niveles de carestía a partir de los cuales el Gobierno español se verá abocado a pedir el rescate de la economía, los mercados reaccionaron con una elevación súbita de la presión sobre España.

La subida de la prima de riesgo española hasta los 461 puntos básicos significa que a España le cuesta financiarse 4,61 puntos porcentuales más que a Alemania. El interés que se pagaba ayer en el mercado secundario para lograr colocar deuda soberana española (6,064%) es un nivel peligroso y que se acerca a tasas inasumibles. El máximo histórico desde la creación del euro lo marcó España cuando el 25 de julio se llegó a pagar el 7,75% de interés por el bono a diez años.

En medio de la tempestad que se desencadenó ayer, el presidente de la Federación Bancaria Europea, Christian Clausen, añadió más tensión al asegurar que espera que España pida el rescate, lo que desencadenaría la compra ilimitada de deuda española por parte del Banco Central Europeo (BCE), si lo necesita para rebajar sus costes de financiación, que son, afirmó, una "gran preocupación" para el mercado. Luego matizó que "corresponde a España tomar esta decisión".

El futuro fondo de rescate definitivo europeo ( el denominado Mecanismo Europeo de Estabilidad, MEDE) está empezando a activarse ahora, después de que el Tribunal Constitucional alemán desbloquease el día 12 su puesta en marcha. El equipo directivo del MEDE, en el que está implicado el FMI, se reunirá por primera vez el 8 de octubre.

La otra opción que se había planteado (que España pueda usar para la compra de deuda soberana y reducción de la prima lo que sobre de los 100.000 millones que la UE le prestará para sanear la banca nacional) tampoco parece viable. La UE ya se resistió en los últimos días y el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, declaró que los recursos europeos destinados para la banca se emplearán con este exclusivo fin. Ayer Klaus Regling, futuro director del MEDE, sostuvo que para que eso fuese posible España debería firmar otro memorando de entendimiento, lo que supondría nuevas exigencias y contrapartidas.

El castigo a la Bolsa española lo sufrieron todos los grandes valores. El índice selectivo español Ibex 35 retrocedió casi el 4%, seguido por el de Milán (3,29%), y, ya más lejos. París (2,45%), Francfort (1,82%) y Londres (1,39%).

La economía española siguió cayendo a un "ritmo significativo" entre julio y septiembre, en un entorno en el que la tensión financiera permaneció en cotas "muy elevadas", según el último boletín económico elaborado por el Banco de España. El supervisor financiero explica sin embargo que la información del trimestre es todavía "incompleta" y apenas incluye indicadores cuantitativos que permitan anticipar el impacto de la subida de IVA que entró en vigor el 1 de septiembre.

Entre abril y junio el PIB cayó el 0,4% en términos intertrimestrales, una décima más que en el primer trimestre del año, y el 1,3% en términos interanuales, siete décimas más que los tres primeros meses del ejercicio.

En el tercer trimestre, el Banco de España observa que casi todos los indicadores de la economía empeoraron, como la inversión en bienes de equipo y la inversión en construcción, que continúa el fuerte ajuste experimentado de los últimos años. El banco emisor destaca el deterioro de la confianza de los hogares en julio y en agosto, y el empeoramiento de los indicadores cualitativos del sector, menos las matriculaciones, que experimentaron un notable aumento intermensual en agosto por el adelantamiento de las compras por el IVA.

Tras el empeoramiento del segundo trimestre, ve una mejora interanual del turismo entre julio y septiembre, tal y como reflejan las entradas de turistas no residentes, que crecieron cerca del 5% de media en julio y agosto. Mejoran, también ligeramente las exportaciones reales, que aumentaron un 5,3% en julio, mientras que las importaciones crecieron el 4%.