La plantilla coruñesa de la multinacional norteamericana del acero Alcoa se teme una nueva pesadilla laboral antes de Navidad. El presidente de la compañía en España y Europa, José Ramón Camino, comunicó a los representantes sindicales de A Coruña y Avilés su pretensión de ejecutar un nuevo plan de recortes para reducir sus costes laborales en España e introducir medidas de flexibilización de la plantilla, lo que los trabajadores han interpretado como un intento de aplicar la reforma laboral aprobada por el Gobierno el pasado mes de marzo.

El plan avanzado por José Ramón Camino está sin concretar, pero fue avanzado a las dos plantas que tienen firmado un convenio quinquenal -que caduca en 2014-, mientras que la factoría de San Cibrao tiene que negociar ahora su revisión. Camino alegó que la empresa calcula cerrar el presente ejercicio con 10 millones de pérdidas, según fuentes del comité de Avilés, después de haber aplicado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal de un año -que termina en abril-. La regulación laboral redujo la producción a la mitad y aminoró la carga de trabajo y los salarios de los 400 trabajadores que emplea Alcoa en A Coruña.

La empresa se comprometió a concretar los ajustes que pretende aplicar en los próximos días, aunque fuentes de la plantilla coruñesa dan por hecho que los trabajadores rechazarán renegociar unas condiciones laborales que ya fueron pactadas, sobre todo después de que todo el personal se haya rotado para repartirse la carga de un ERE, que concluirá el próximo 4 de abril.

Los trabajadores de Alcoa protagonizaron casi una treintena de protestas en A Coruña a lo largo de este año, la mayoría para reclamar una tarifa eléctrica competitiva para la gran industria, dado que el abastecimiento de electricidad representa un 40% de los costes de la multinacional en España, que -junto con otras industrias- amenazó con cerrar centros de producción si el Gobierno no le permitía acogerse a una tarifa más ventajosa.

La presión de los trabajadores y de la multinacional llevaron a la Xunta y al Ministerio de Industria a comprometerse a trabajar para reducir los precios de la electricidad a los grandes consumidores que el Gobierno prometió para principios de 2013. El personal de la factoría de San Cibrao, en Lugo, confió ayer en que el presidente de Alcoa para España les informe de los avances registrados en este sentido en una reunión prevista para mañana en Madrid.

El comité de A Coruña ya reclamó hace meses a la Xunta que exigiese a Alcoa un compromiso de mantener el empleo si lograba una tarifa más competitiva.