La empresa Sapa -dedicada a la producción de productos de aluminio extruido- anunció ayer el cierre de la factoría que tiene en Arteixo, Perfialsa, y el despido de sus 70 trabajadoresdespido 70 trabajadores. La dirección de la firma -propiedad del grupo noruego Orkla- comunicó la decisión al comité de empresa de la fábrica con el objetivo de iniciar cuanto antes el periodo de consultas para aplicar el despido colectivo. Una negociación que la compañía inicia, según explicó en una nota, con la idea de proponer "un plan social de amplio calado que ayude a compensar los efectos del fin de la producción".

Los responsables de Perfialsa, que produce perfiles extruidos de aluminio destinados a sectores como la automoción o la construcción, optaron por el cierre tras "las constantes pérdidas" registradas por la fábrica "de forma sostenida" en los últimos ocho años. "La decisión se enmarca en un contexto de sobrecapacidad productiva de extrusión en el sector del aluminio en España. El consumo de perfiles de aluminio descendió un 62% [en el mercado español] entre 2007 y 2013, pasando de los máximos de 396.300 toneladas hasta las 147.000 toneladas de 2014", argumenta la compañía en la nota que anuncia el cierre de la factoría.

El grupo Sapa cuenta con otras seis fábricas en España -en Navarra, Burgos, Pinto (Madrid), Barcelona y dos en Tarragona-, pero el cierre y los consiguientes despidos solo afectan a la planta gallega que, sumando el personal de subcontratas (fundamentalmente en las secciones de embalaje y expedición), emplea a más de 100 personas.

Perfialsa reconoce que tanto la dirección como la plantilla intentaron en los últimos años sacar la fábrica de Sabón de los números rojos sin éxito. "Perfialsa quiere agradecer el esfuerzo de todos los empleados de Arteixo que, junto con la compañía, han realizado una labor muy importante en los últimos cuatro años para intentar mejorar los resultados", reza la nota de la empresa. "Lamentablemente, las medidas adoptadas no han sido suficientes ya que la situación de pérdidas continuadas sitúa a la planta en un punto económico que no es posible revertir", concluye Perfialsa.

Precisamente por este motivo, los "numerosos" ajustes aprobados en los últimos años, la plantilla recibió la noticia con "sorpresa" y se mostró "defraudada" con la dirección. "Aceptamos distintas reducciones salariales en los últimos dos convenios colectivos y se nos dijo que con eso la fábrica sería viable. Estamos defraudados", explicó el presidente del comité de empresa de Perfialsa, Manuel Vázquez.

El portavoz de los trabajadores indicó que la dirección de la empresa se ampara en los datos de actividad de las distintas fábricas y defiende que, tras analizarlos, decidió cerrar la de Arteixo. "Estos grupos internacionales, según les interese, recurren a la visión global o a la individual. Quieren cerrar esta planta y repartir la producción entre las otras; ni siquiera se plantean venderla. Pero nosotros tenemos claro que la fábrica podría seguir abierta porque Sapa en su conjunto da beneficios", sentenció Vázquez.

Los trabajadores están convocados hoy a una asamblea para analizar la situación y decidir qué medidas adoptan, como posibles movilizaciones. El comité de empresa de la factoría coruñesa de Alcoa -a la que en su día perteneció Perfialsa- aseguró ayer a este diario que apoya a la plantilla de la firma propiedad de Sapa y que respaldará las protestas que convoquen.

Perfialsa es uno de los clientes de Alcoa, a la que la planta de A Grela destina más del 5% de su producción, según fuentes sindicales.