Hoy se pone el punto y final a la moratoria en nuevas instalaciones renovables decretada por el anterior Gobierno a principios de 2012, cuando el estallido de la crisis provocó un profundo freno en el consumo de electricidad y el sistema se quedó con una capacidad de producción muy por encima de la necesaria para cubrir la demanda incluso en los momentos de máximo tirón. El Ministerio de Industria celebra la primera subasta de potencia en tecnologías limpias, que supone además el estreno del sistema de retribución aprobado para este tipo de fuentes en la reforma energética. Serán 500 megavatios (MW) de eólica y 200 de biomasa.

Tras años de parálisis, todo apunta a una elevada concurrencia en la puja, lo que acabará, según varias fuentes del sector consultadas, por tirar abajo los precios. Porque se trata de una subasta de propuestas económicas. Los promotores ofrecerán lo que están dispuestos a percibir en la llamada "retribución específica" por paquetes de potencia de 50 MW cada uno. A mayor competencia, más posibilidades de que las tarifas tiendan a ser mínimas.

Aunque la subasta no es por zonas -los promotores no tienen que identificar qué parques ni dónde los construirán-, Galicia parte en principio con cierta ventaja por la buena calidad del viento, un elemento clave en la rentabilidad de las instalaciones. Y el proceso sería en principio una salida para la potencia del concurso de 2010, aunque cinco años después solo está autorizada definitivamente el 20% del total. 15 parques que suman 374 MW y una inversión de más de 474 millones, según la Consellería de Economía. "Esperamos que sea una oportunidad para impulsar las inversiones en energías renovables en Galicia", asegura el equipo de Francisco Conde.