UGT abre una nueva era con José María Álvarez al frente. El sindicalista catalán fue elegido ayer sucesor de Cándido Méndez con el 51,1% de los votos de los 599 delegados, frente al 48,2% de Miguel Ángel Cilleros. La diferencia fue de sólo 17 sufragios, suficiente pese a las reticencias que había sembrado su antecesor en el cargo al incidir en el apoyo de Álvarez al derecho a decidir de Cataluña. "UGT es la primera organización estatal donde la catalanofobia no funciona", señaló satisfecho el nuevo secretario general poco después de conocerse los resultados de las votaciones, que se prolongaron hasta las cinco de la madrugada.

En relación a la posición de la nueva ejecutiva sobre Cataluña, Méndez señaló que está convencido de que hará "lo correcto y defenderá la igualdad, la solidaridad y el valor de la cohesión social". "Como militante estoy muy tranquilo", aseveró.

Al mediodía, en el discurso de clausura del 42 Congreso de UGT, el nuevo secretario general evitó las referencias a Cataluña y elogió el liderazgo de Méndez durante los 22 años que estuvo al frente del sindicato. Álvarez trató de restañar las heridas de los últimos días y afirmó que la nueva comisión ejecutiva "será fiel a todos y cada uno de los compromisos elegidos" por los delegados. "Vamos a transformar este sindicato partiendo de lo que tenemos. No hay ruptura, hay continuidad, pero este congreso es un punto y aparte", afirmó Álvarez.

El nuevo secretario general de UGT, que hasta ayer ocupaba ese cargo en Cataluña, destacó las dificultades por las que atraviesa el sindicato, que ha perdido afiliados, y acusó a los poderes empresariales de menoscabar la organización. "El sindicalismo ha sido maltratado, porque el capital, los poderosos, saben que para arrebatar nuestros derechos primero tienen que acabar con el instrumento que los ha conseguido: las organizaciones sindicales", sostuvo Álvarez, que destacó la existencia de "campañas para criminalizar" a los sindicatos en países europeos como Grecia.

En su primera intervención, Álvarez agradeció a su contrincante, Miguel Ángel Cilleros, la batalla presentada durante la campaña para recabar avales y que, en su opinión, repercute en la democratización interna del sindicato. Al tercer aspirante, Gustavo Santana, que no pudo formalizar la candidatura por no llegar al 25 % de avales exigidos, Álvarez le agradeció que su candidatura posibilitase que las comisiones de trabajo hayan aprobado medidas tendentes a mejorar la democracia interna. Por ejemplo, el próximo Congreso Confederal rebajará el mínimo del 25% de avales requeridos al 15%, gracias a la petición de Santana, que además consiguió avances para que UGT implante las elecciones primarias o el voto directo del afilado.

El nuevo líder ugetista destacó la necesidad de avanzar en la participación de los afiliados y también en profundizar en la transparencia. Destacó la necesidad de revitalizar una organización erosionada por los escándalos que la han salpicado en los últimos años (ERE de Andalucía, cursos de formación, la fortuna oculta de José Ángel Fernández Villa...). "Tenemos que decir con humildad que no estábamos preparados para afrontar situaciones como la que nos hemos encontrado. Y en este congreso también hemos salido con un compromiso de transparencia. Y eso lo vamos a hacer con un debate organización por organización", subrayó.

El sindicalista también se refirió a la situación política de España y pidió a las formaciones de izquierdas "que se dejen de tonterías y se pongan a trabajar" para solventar los problemas de los ciudadanos y derogar la reforma laboral. "No es capricho que se derogue la reforma laboral, lo podemos hacer", manifestó Álvarez, que destacó la necesidad de restablecer el "equilibrio" en las negociaciones con la patronal.

El nuevo líder del sindicato avanzó que convocará al resto de organizaciones sindicales, empresariales, a los colegios profesionales, a las universidades y a los centros de formación para hacer un plan estratégico por la industria, ya que "este país lleva demasiado tiempo sin políticas industriales", con el fin de "saber dónde se van a crear los puestos de trabajo en el futuro". La apuesta del nuevo secretario general de UGT por la industria se plantea en contraposición a la actual "economía del viento", caracterizada por "vientos favorables" como la bajada del precio del petróleo y los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), pero que en definitiva "no es futuro ni es presente".

La nueva ejecutiva de UGT, con Cristina Antoñanzas como número dos, está formada por siete hombres y seis mujeres en la que dominan responsables de la Federación de Servicios Públicos (UGT-FSP); del Metal, Construcción y Afines (UGT-MCA) y de las delegaciones catalana y andaluza, las que habían expresado su apoyo explícito.

A la clausura del Congreso acudieron representantes políticos y el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, entre otros.