El cierre de la reforma energética es, para Red Eléctrica de España (REE), uno de los hitos históricos de 2015 que dibujan un escenario de "certidumbre y crecimiento" a partir de ahora. Como es habitual, su presidente insiste en que la acumulación del déficit de tarifa -el desequilibrio entre lo que cuesta dar el servicio y lo que se cobra al consumidor- a punto estuvo de provocar "una situación de colapso". "No solo en el sector, sino en el conjunto de la economía", subraya José Folgado.

Ese fue también el argumento que el actual Gobierno dio para lanzar todas las polémicas medidas, incluido el finiquito a las primas que cobraban las renovables, dejándoles en una situación de absoluta parálisis. El futuro de las fuentes limpias "está nublado en el tiempo", como reconocía ayer Folgado. En el mismo acto en 2015 dio por hecho que a este tipo de energías le quedaban "cinco o seis años" de travesía en el desierto en espera de tiempos mejores, que ahora sitúa "en el medio plazo", para cuando prevé "un despliegue impresionante" de las renovables. Eso sí, REE condiciona la entrada de potencia como los 2.300 megavatios (MW) de eólica que Galicia arrastra por el concurso eólico y proyectos pendientes desde antes a que España siga reforzando las conexiones internacionales.

Uno de los grandes momentos del pasado ejercicio fue la apertura de un nuevo enlace hacia territorio galo que permitió duplicar la capacidad que había para exportar o importar electricidad. La Comisión Europea aconseja que el margen de intercambio entre países llegue al 15% de la potencia instalada en 2030.