El consorcio automovilístico alemán Volkswagen cerró 2015 con unas pérdidas netas atribuidas de 1.582 millones de euros, en comparación con las ganancias de 10.847 millones de 2014. La compañía con sede en Wolfsburgo aseguró que sus resultados anuales de 2015 se vieron afectados negativamente por unos extraordinarios de 16.900 millones, de los que 16.200 millones corresponden a las provisiones realizadas ante el posible impacto del caso del software que alteraba las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de algunos modelos diésel.

El grupo facturó 213.292 millones, un 5,4% más que los 202.458 millones de euros de 2014, y vendió 9,93 millones de unidades, un 2% menos que el ejercicio anterior.

El presidente del grupo, Matthias Müller, afirmó que las operaciones de la corporación están "en buena forma" y señaló que esta evolución positiva no se observa por las "considerables provisiones" realizadas para las posibles repercusiones del caso del software trucado. "La actual crisis -las cifras presentadas ayer lo confirman- está teniendo un gran impacto en la posición financiera de Volkswagen. Ahora tenemos la intención y las mentes puestas en manejar esta situación y para eso usamos nuestros propios recursos", añadió el directivo.

Mientras, el Gobierno alemán alertó ayer de que 17 fabricantes de vehículos a los que ha investigado podrían estar desconectando de manera irregular los dispositivos de control de emisiones de algunos de sus modelos, contaminando así en realidad más de lo permitido. El ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt, realizó esta advertencia al presentar los resultados de una investigación encomendada por Berlín a su Oficina Federal de Vehículos a Motor a raíz del escándalo Volkswagen. Del análisis de 53 modelos diésel se desprende que "ninguno" cuenta con un dispositivo que truque las emisiones como el que montó Volkswagen en millones de unidades, pero saltaron las alarmas por este nuevo asunto.

Las marcas y modelos alemanes afectados son Audi (A6), Porsche (Macan), Volkswagen (Amarok, Crafter), Opel (Insignia, Zafira) y Mercedes (V250 bluetec).

El ministro explicó que ya se acordó con estos cinco fabricantes una revisión "voluntaria", que tendrá lugar a lo largo de este año, de los de 630.000 vehículos sospechosos "de toda Europa".

Los modelos de fabricantes no alemanes son Alfa Romeo (Giulietta), Chevrolet (Cruze), Dacia (Sandero), Fiat (Ducato), Ford (C-Max), Hyundai (ix35, i20), Jaguar (XE), Jeep (Cherokee), Land Rover (Range Rover), Nissan (Navara), Renault (Kadjar) y Suzuki (Vitara).