La filial de procesado porcino de Coren, Frigolouro, suavizó ayer el calado de sus planes para su planta de O Porriño, en la que trabajan más de 350 empleados al afirmar que mantendrá la actividad y el empleo al menos hasta 2019, pero admitió que el grupo no hará más inversiones en las instalaciones y que estudia abrir otra planta en el norte de Portugal. El miércoles la compañía dijo que valoraba el traslado de la actividad a municipios limítrofes lusos por sus "costes laborales y fiscales más bajos".