La asamblea electoral de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) eligió ayer como nuevo presidente al empresario coruñés Antón Arias Díaz-Eimil. El hasta ahora vicepresidente de los empresarios coruñeses -cargo al que renunciará tras ser elegido- era el único candidato a liderar la organización, por lo que no era necesario que se celebrase la votación, pero la férrea oposición de las patronales de Ourense y Pontevedra obligaron a que se realizase para que quedase patente su rechazo. Finalmente Arias obtuvo 100 de los 165 votos emitidos, el 61% del total, fundamentalmente los correspondientes a las provincias de A Coruña y Lugo y algunas organizaciones sectoriales. Mientras, 64 vocales mostraron su rechazo a la candidatura del coruñés -los de Ourense y Pontevedra- y uno votó en blanco.

Pese a la clara división de la patronal norte-sur, el ya presidente de la CEG hizo un llamamiento para recuperar la institución como un proyecto de todos y a superar la división y la confrontación. "Hay que centrarse en superar dos problemas que afectan a la CEG en este momento: una situación económica que hay que revertir lo antes posible y una crisis institucional que venimos arrastrando desde hace ya demasiado tiempo", apuntó Arias en su discurso ante la asamblea tras ser elegido.

El empresario coruñés anunció que sus objetivos principales en el cargo son que la patronal gallega supere sus actuales dificultades económicas y modificar sus estatutos para evitar conflictos interno en el futuro. Una vez conseguidos, aseveró, dimitirá para dejar paso a un nuevo presidente y a una entidad que, espera, cuente con paz social.

Para ello, tendió la mano a sus opositores -las patronales de Ourense y Pontevedra- y anunció que empezará a trabajar de inmediato para renegociar la hipoteca de 1,2 millones que pesa sobre la sede de la institución en Santiago.

Arias presentó su candidatura a la CEG el último día de plazo para hacerlo y una vez que la patronal coruñesa entendió que los empresarios de Ourense habían roto el pacto que las cuatro confederaciones provinciales habían cerrado por el que no se celebrarían las elecciones y se buscaría un candidato de consenso para liderar la patronal gallega. A Coruña se desmarcó y dio por roto el acuerdo una vez que los empresarios ourensanos apuntaron a condicionantes en ese acuerdo que no se habían planteado en el encuentro de las cuatro provinciales. Por ello, optó por presentar un candidato para acabar con los enfrentamientos.

Esta decisión cayó muy mal entre los empresarios del sur de Galicia, que se mostraron en contra de la candidatura de Arias, al que consideran "colocado" por el presidente de la patronal coruñesa, Antonio Fontenla. Tras su elección, anunciaron que tendrá que ganarse su apoyo tras "un mal comienzo" por "las malas formas" de su candidatura.

La elección del empresario coruñés para liderar la CEG pone fin a más de tres meses de interinidad en la CEG tras la dimisión de su anterior presidente, Antonio Dieter Moure, que tuvo un mandato muy inestable de nueve meses tras ganar los comicios por solo diez votos de diferencia respecto al presidente de los empresarios de Ourense, José Manuel Pérez Canal.