La combinación de vivir en un hogar con pocos recursos y estar en el paro o con trabajos precarios afecta sobre todo a personas con pocos estudios, mayoritariamente mujeres y con especial incidencia en jóvenes de entre 25 a 34 años.

Éste es el perfil que dibuja, a nivel nacional, el Estudio sobre la Población Vulnerable ante el Trabajo de Fedea. Por comunidades, las que tienen una mayor tasa de trabajadores en esta situación son Andalucía y Extremadura, con un 22,1 por ciento cada una, seguido de la Comunidad Valenciana (15,6 por ciento) y Castilla La Mancha (15,4 por ciento). Le sigue Murcia con el 14,2 por ciento y a continuación Galicia con el 12,3 por ciento.

Por grupos de edad, donde más incidencia tiene este perfil de trabajador vulnerable es entre los 25 y 34, con un 17,5 por ciento de población afectada, seguida de los trabajadores de 45 a 54 años, con el 15,1 por ciento.

Si se atiende exclusivamente a aquellos empleados que están en riesgo de pobreza pese a tener un contrato laboral, habría un 13,8 por ciento de jóvenes en esta situación, el grupo más numeroso, y en segundo lugar estaría el colectivo de trabajadores de 35 a 44 años (con una incidencia del 8,9 por ciento).

Las comunidades con más "pobreza laboral" son Extremadura, con un 15,7 por ciento, y Andalucía, con el 15,2 por ciento de población. Galicia ocuparía el séptimo puesto, por detrás también de la Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha y Castilla y León.

El nivel de estudios es determinante. Las personas con educación superior tienen menos probabilidades de encontrarse en situación de pobreza laboral -solo el 3,9 por ciento-.