-En un acto reciente afirmó que Galicia debería tener al menos 7.500 firmas exportadoras en 2020.

-Exactamente. Es el objetivo que el Foro Económico de Galicia, una magnífica herramienta que tenemos en la comunidad, se ha marcado. Estamos en esa línea. El esfuerzo exportador de Galicia está creciendo. La comunidad representa en exportaciones mucho más de lo que supone en PIB en términos relativos, y creciendo. Todavía nos falta ese punto adicional, el llegar a esas 7.500 empresas; seguimos un poco lejos, en torno a 6.700 este año. Pero lo importante es que la exportación sea recurrente, un mercado más, que sea lo mismo enviar un producto a Alemania que a Madrid. Otro aspecto es la internacionalización, la globalización.

-¿Qué frena a las empresas a exportar?

-La dimensión es importante. Es más fácil vender en el exterior con un determinado volumen que siendo pequeño. También, un tema que mejora, la formación de equipos y los idiomas, que son clave. Pero Galicia siempre tuvo apertura al exterior, a veces por pura y simple emigración, pero también desde el punto de vista empresarial; nuestro emigrante fue inversor y creador de riqueza y empresas.

-¿Está preparada la empresa familiar para la digitalización, el internet de las cosas, el 4.0??

-De ahí la apuesta por la gente joven. Tengo mucha fe en la juventud, que tiene esa capacidad de acceder y amoldarse a esta era digital.

-¿Cómo se gestionan las sucesiones en la empresa?

-Hay varios modelos. Independientemente de que con la nueva legislación ha mejorado, las empresas procuran no llegar al triste momento del fallecimiento del fundador o de quien ejerza de empresario con este tema sin resolver. Se procura tenerlo resuelto antes.