La reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP acaba de cumplir seis años en vigor con un balance bastante pobre en el caso de Galicia en cuanto a creación de empleo así como con la precarización del mercado laboral en el conjunto del Estado. La normativa diseñada por el Ministerio de Empleo, con Fátima Báñez al frente, abarató el despido y facilitó la presentación de expedientes de regulación de empleo (ERE), entre otras medidas, lo que inicialmente provocó un gran aumento del paro. Sin embargo, a largo plazo el Ejecutivo de Mariano Rajoy confiaba en que esos cambios facilitasen la contratación por parte de las empresas al tener menos trabas y un coste muy inferior para el despido cuando su actividad hiciese imposible mantener a esos profesionales en plantilla. En estos seis años de aplicación de la reforma laboral, Galicia redujo su nómina de desempleados en casi 81.400 personas, al pasar de más de 271.000 en enero de 2012 a 189.886 el mes pasado, lo que supone un descenso del 30%, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y la Xunta.

Pese a esa buena evolución del paro, la nota negativa en la comunidad gallega es que buena parte de esa reducción (81.400 profesionales menos anotados en el antiguo Inem) no fue fruto de la creación de puestos de trabajo sino de la pérdida de población activa: bien gente que emigra bien que se jubila o deja de apuntarse en el paro. En esos seis años de reforma laboral Galicia solo sumó 24.732 afiliados a la Seguridad Social (+2,6%), al pasar de 948.739 cotizantes en enero de 2012 a 973.462 en la actualidad, lo que equivale a que solo tres de cada diez gallegos que abandonaron las listas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) encontraron efectivamente una ocupación. Los otros siete o dejaron de anotarse o emigraron o se jubilaron.

La situación gallega contrasta con la existente en el conjunto del Estado, donde la creación de puestos de trabajo cuenta con saldo positivo respecto al descenso del paro. Si en España hay actualmente 1.123.301 parados menos que en enero de 2012 -la cifra bajó de 4.599.829 a 3.476.528 en estos seis años-, las afiliaciones a la Seguridad Social superan en 1.323.000 las existentes antes de aplicarse la reforma laboral (16.958.267), con lo que el mercado de trabajo nacional muestra más síntomas de mejora por la creación de empleo que por la pérdida de población activa, característica del mercado gallego.

Mientras España cuenta con un superávit de 200.000 empleos respecto a la caída del paro -ocupó a todos los que abandonaron el desempleo y a otros 200.000 profesionales-, Galicia acumula un déficit de 50.000: el descenso en el número de inscritos en el antiguo Inem supera en más de 50.000 la creación de empleo, lo que revela esa mejoría de las listas del SEPE por la pérdida de población activa y no por el avance del mercado laboral.

Los datos del paro en Galicia también revelan que los desempleados de muy larga duracióndesempleados -aquellos que llevan más de dos años sin trabajar, por lo que la mayoría carece ya de derecho a prestación contributiva o subsidio- apenas bajaron un 4% desde la entrada en vigor de la reforma laboral, frente al descenso del 33% entre los que llevan menos de seis meses en paro, del 48% en los de seis meses a un año y del 40% en los de uno a dos años. En total son más de 59.000 los gallegos que suman más de dos años sin encontrar una ocupación y su proporción respecto al total subió ocho puntos desde 2012, al pasar de representar el 23% del total a superar el 31%.

Por géneros, la caída del paro fue inferior entre las mujeres (-23,5%) que entre los hombres (-36%).