El PP gana las elecciones en Vigo pero no tiene muchos motivos para sacar pecho. La formación liderada por Alberto Núñez Feijóo, con 50.718 papeletas al 99,41% del escrutinio, araña algo más de setecientas respecto a las anteriores autonómicas y casi calca el porcentaje en ambas (34,39% frente a 34,24), mientras en las demás urbes gallegas su crecimiento es de al menos dos puntos y en todas está por encima del 41%.

Por la izquierda En Marea se erige en segunda fuerza con una holgada ventaja de 7.500 sufragios al PSOE. La coalición encabezada por Luis Villares obtiene 40.857 votos (el 27,7%) mientras que los socialistas se quedan con 33.330, un discreto 22,6% que les resta casi dos puntos respecto a las autonómicas de 2012. El BNG sigue una caída libre que parece no tener fin y está ya por debajo de los 10.000 sufragios: 9.450 (el 6,41%) frente a los 14.148 (9,69%) de hace cuatro años.

Con una participación del 63%, prácticamente igual que la de 2012, Feijóo se queda en Vigo muy lejos del resultado que obtuvo en su primer mandato, cuando alcanzó los 66.949 votos, lo que evidencia el desgaste que ha sufrido en la ciudad. Hace siete años superó el 41%, y mientras en las demás urbes ha ganado apoyo en este tiempo, en Vigo ha perdido siete puntos y no levanta el vuelo.

Aún así son holgadamente la primera fuerza, con 6,7 puntos sobre la segunda, que pasa a ocupar En Marea. La formación liderada por Luis Villares se coloca como la principal referencia de izquierdas a costa de los socialistas. Un sorpasso en toda regla que sigue la línea de las dos últimas elecciones generales, en las que ya estuvo por delante del PSOE e incluso llegó a ser primera fuerza el 20-D. Vigo se convierte en su principal feudo, con un respaldo muy superior al que recibe en A Coruña (24%), Ferrol (23%) y Santiago (20%).

El PSOE ha cosechado 2.500 apoyos menos que en las anteriores autonómicas. La agrupación local del PSOE apenas ha hecho campaña, pero la bajada de Leiceaga ha sido similar a la de otras ciudades.