"En Marea padeció durante la campaña el lastre de los debates disgregadores de Podemos. Las luchas internas entre sus líderes y la imagen de desunión fueron una baza utilizada sistemáticamente por el PP de forma orquestada", cuenta Alberto Pena, profesor de Propaganda Política, que añade que Luís Villares, frente a Feijóo, "era un advenedizo, sin proyección pública, con escasa presencia en los medios de comunicación antes de las elecciones; la imagen de un candidato no se puede construir en una campaña, es muy difícil".

En cuanto al PSdeG, Pena cree que está "en medio de una tormenta perfecta". "Era previsible que fuese sobrepasado por En Marea, como ya hacían intuir las encuestas. Además de la crisis de la dirección nacional, Leiceaga es un candidato sin rodaje (como Villares) que surgió con una polémica que lo ha perseguido durante toda la campaña, incluso con el boicot o la indiferencia de algunos de los dirigentes socialistas más significados", expresó Pena.

Añade que la corrupción también ha sido "un lastre pesado, pues las imputaciones de sus dos últimos secretarios generales no es una cuestión que se pueda obviar a efectos de imagen del partido". "Por lo demás, Leiceaga, igual que Villares, creo que no ha sabido transmitir una alternativa seria, cohesionada e ilusionante, que además pasaba por el concurso de una tercera fuerza, el BNG", concluye.