Una de los problemas más comunes de los estudiantes adultos, especialmente de aquellos que tienen horarios apretados y ajetreados, es que no pueden encajar el aprendizaje de un idioma entre todas las tareas que necesitan que estén completadas al cabo de cada día. Sin embargo, es posible aprovechar el poder de las técnicas de productividad que se utilizan en el trabajo y, con un poco de adaptación, utilizarlas también para que ayuden a alcanzar el objetivo de mejorar el nivel de inglés (o cualquier otro idioma).

A veces nos encontramos con noticias que afirman que los profesores dan un suspenso en inglés a los políticos, apuntando datos como que "el 77% de los profesores que dan clase de inglés en España considera que los alumnos de Educación Primaria tienen mejor nivel de inglés que los políticos", lo cual dice mucho del nivel de inglés medio de la población adulta en España.

La compañía de educación EF Education First, especializada en la enseñanza de idiomas en el extranjero, dispone de más de 400 escuelas por todo el mundo en las que ofrecen cursos de inglés para jóvenes de cualquier edad, adultos (a partir de los 25 años) o empresas en destinos como el Reino Unido, Estados Unidos o Australia resume en las siguientes líneas cinco técnicas de productividad que pretenden servir de ayuda para avanzar con el aprendizaje del inglés de forma más llevadera:

1.- Configura los objetivos adecuadamente

Los objetivos son tan vitales en el aprendizaje del inglés como los son en el trabajo. Es básico establecer objetivos efectivos desde el inicio para realizar un seguimiento del progreso y mejorar las habilidades lingüísticas más rápido. El sistema de productividad mediante "SMART goals" (Specific, Measurable, Achievable, Relevant and Time-bound), avalado por varios libros, funciona perfectamente también para aprender inglés. Es decir, es necesario asegurarse de que los objetivos marcados son precisos, medibles, alcanzables, realistas y, si queremos que ayuden a mejorar el aprendizaje, es fundamental que tengan los tiempos bien marcados.

2.- Programa un tiempo para practicar

Hay ciertos aspectos del aprendizaje del inglés para los que es necesario dedicar un tiempo específico y así aprender de forma más efectiva. Aprender nueva gramática o la estructura de las frases requiere algo de tiempo para pensar. Revisa tu programación de aprendizaje e identifica los puntos o las actividades en los que creas que tendrás que dedicar más tiempo. Después échale un vistazo al calendario y asigna un tiempo específico para trabajar cada uno de estos puntos. Una vez que se haya conseguido abrir un hueco para ello en el calendario, la práctica se convertirá en un compromiso real y se estará más dispuesto.

3.- Saca el mayor partido de los tiempos muertos

Ya sea revisando los emails en el tren o gestionando la lista de tareas pendientes mientras estás esperando a que llegue alguien, hacer uso de esos tiempos en los que no estás trabajando es una forma genial de exprimir cada minuto del día. Las actividades del proceso de aprendizaje que no necesitan una concentración intensa son ideales para aprovechar estos tiempos muertos. Revisa el vocabulario, escucha un podcast o lee un artículo de noticias cuando tengas algo de tiempo libre y verás qué rápido mejoran tus habilidades.

4.- Haz uso de una lista de tareas para actividades más flexibles

Las listas de tareas han sido un básico de los gurús de la productividad desde incluso desde antes de que "productividad" fuera una palabra y hay una buena razón para ello: funciona. Para mucha gente tener un recordatorio visual de las tareas que tienen que estar terminadas al final del día y después poder ir tachándolas una a una resulta ser una experiencia bastante satisfactoria. Si eres una de esas personas que utilizan las listas de tareas para gestionar el aprendizaje del inglés, entonces obtendrás un mejor progreso. Existen un montón de aplicaciones de listas de tareas que darán una funcionalidad añadida a tus listas.

5.- Haz un seguimiento de tu avances y analiza la forma en la que practicas

En el mundo del trabajo casi todo lo que hacemos tiene un seguimiento, así es como se mide y mejora la eficiencia. Cuando algo no funciona como esperamos, analizamos las razones e intentamos cambiar algo. Es sorprendente cómo mucha gente no hace lo mismo con su propio aprendizaje. Todos adoptamos algunas costumbres mientras aprendemos y, mientras que el hecho de realizar prácticas de forma efectiva es un buen hábito a desarrollar, las costumbres negativas son por lo general difíciles de detectar y romper dado que ya se han convertido en parte de nuestras vidas. Analizar tu progreso siendo honesto contigo mismo es la única forma de romper con esos hábitos negativos y formular unos nuevos, que sean más positivos.

Siendo más productivos practicando inglés no solo nos permite ahorrar tiempo. Alcanzar objetivos y poder ver el progreso que se está logrando es una experiencia motivacional para cualquier estudiante y anima a continuar aprendiendo y mejorando las habilidades.

EF, además de recomendar el uso de estas técnicas de productividad, también ofrece cursos de inglés para niños (a partir de los 8 años) en 9 países distintos para aquellos que prefieran ser instruidos por profesionales, durante varias semanas o incluso meses, guiados de forma presencial y en una ciudad en la que el inglés sea la lengua oficial.

No hay que olvidar que el inglés está cada vez más presente en nuestras vidas, que la evolución del nivel medio de los españoles está creciendo positivamente y que empleos como las oposiciones a profesor incluirán una prueba de inglés, por lo que la competitividad en idiomas es, cada año, un poquito más fuerte en nuestro país.