Después de más de tres años de obras, los vecinos de Boedo podrán celebrar este fin de semana sus fiestas patronales en el nuevo campo de la fiesta. La empresa que ejecuta en este núcleo cullerdense los trabajos de construcción de un viaducto de la línea del tren de alta velocidad entre Santiago y A Coruña apuran estos días los últimos flecos de la actuación para que los vecinos puedan utilizar el renovado espacio público ubicado bajo la nueva infraestructura.

En los últimos meses, la construcción de la rotonda en la carretera de titularidad provincial que atraviesa el lugar tampoco estuvo exenta de problemas. Uno de los propietarios de las viviendas colindantes a la glorieta llegó a paralizar las obras, ya que la nueva infraestructura viaria no recogía un lugar de acceso y salida a su casa. Con la mediación del Concello, se alcanzó una solución en un corto espacio de tiempo.

La empresa adjudicataria de los trabajos también ha rectificado la canalización de la recogida de pluviales, ya que no estaba adaptada a las necesidades de la zona y los residentes temían que no tuviera suficiente capacidad para responder en la época de lluvias.

La instalación del parque infantil tendrá que esperar unos meses. El Concello espera poder realizar una replantación de árboles autóctonos en la zona. La primera propuesta fue el traslado de robles. Sin embargo, los vecinos prefieren que sean árboles de más rápido crecimiento, como los castaños.

El alcalde de Culleredo, Julio Sacristán de Diego, ha aplazado sus vacaciones un día para poder comprobar hoy que se ejecutan las últimas pavimentaciones en el núcleo de Boedo para que los vecinos puedan celebrar este sábado su tradicional cigalada. Para la cita adquirirán 700 kilos de este marisco que repartirán en alrededor de 1.300 raciones, 200 más que el año pasado, ante el éxito de esta cita que cada año crece en asistentes.