La interventora y la técnico de gestión económico financiera municipales de Cambre declararán la próxima semana en el proceso judicial abierto para verificar si se ha producido un delito de malversación de fondos en el Concello.
El magistrado del Juzgado de Instrucción Número Uno de A Coruña cita a la primera en calidad de testigo y a la segunda como perjudicada. Fue esta funcionaria la que, en el pasado mes de diciembre, denunció ante la Fiscalía supuestas irregularidades cometidas en la gestión municipal en las últimas dos décadas.
Estas declaraciones son los primeros pasos de la fase de diligencias previas, en la que el juez determinará si procede o no la apertura de un juicio. El titular del juzgado indicó en el mes de junio que los hechos derivados de la investigación preprocesal sobre malversación "presenta características que hacen presumir la existencia de una infracción penal". Sin embargo, subraya que no están determinadas la naturaleza ni las circunstancias de estos hechos ni las personas que han intervenido en ellos.
La documentación que investiga el magistrado sobre las cuentas municipales supera ya los más de 2.500 folios.
Fue la fiscal jefe de la Audiencia de A Coruña la que solicitó el pasado mes de abril la apertura de estas diligencias tras detectar actuaciones que podrían ser constitutivas de delito en los más de trescientos folios de los que constaba la denuncia de la funcionaria municipal.
Posibles irregularidades en la contratación de personal, apropiación indebida de fondos públicos, anomalías en la adjudicación de servicios y cobros irregulares de gastos protocolarios son algunas de las actuaciones por las que la Fiscalía pide la apertura de una investigación que esclarezca los hechos y las personas que participación en ellos. La primera actuación anómala a la que se alude data de 1989 cuando, según la denunciante, el auxiliar administrativo que actuaba como interventor "se dedicó a emitir talones al portador por una cuantía indeterminada que él mismo cobraba" tras ser firmados por el tesorero y el alcalde.
