Su significado sigue plagado de incógnitas y sus espirales, grabadas hace miles de años en la roca, nos retrotraen aún hoy a la Edad de Bronce. Se trata del petroglifo de Borroa, una de las escasas muestras del arte rupestre en Arteixo, que se ha visto degradado a una piedra más de un muro de división de parcelas, como denuncia la asociación en defensa del patrimonio de Arteixo Monte da Estrela.

Este bien de interés patrimonial deberá ser trasladado por las obras de construcción de los accesos viarios al puerto exterior, como recoge el estudio informativo presentado por el Ministerio de Fomento ya en 2007. El informe propone trasladar el petroglifo a un museo y "revisar su entorno más inmediato" como paso previo al inicio de los trabajos.

Han transcurrido tres años desde que se publicó el informe y el petroglifo sigue relegado a su condición de marco. El colectivo Monte da Estrela alerta del riesgo de que esta pieza sea sustraída y ha puesto ya en conocimiento de la Dirección Xeral de Patrimonio la "situación de desprotección" en la que se encuentra este bien, dada la "pasividad" del Concello.

Para los integrantes de la asociación en defensa del patrimonio arteixán la anómala situación del petroglifo de Borroa es una muestra más de "la ineficacia y falta de iniciativas del Gobierno local en materia de protección, conservación y difusión de los bienes culturales del municipio". El colectivo criticó en varias ocasiones el desinterés del Concello por recuperar las piezas patrimoniales y etnográficas de Arteixo, gran parte ocultas por la maleza. Y el olvido.