Del Consistorio a los juzgados. De las bancadas al banquillo. Y, en lugar de mítines, declaraciones juradas. La campaña electoral en Arteixo se anuncia movida y con más providencias y autos que eslóganes y promesas. Y es que a siete meses de la cita con las urnas, los asuntos plenarios más que debatirse quedan vistos para sentencia.

Concejales de tres de los cuatro grupos que integran la Corporación local amenazan con verse las caras en los juzgados durante los próximos meses. Las acusaciones suben de tono conforme se aproximan los comicios: de vandalismo o injurias a un posible delito de prevaricación.

La primera en dar el paso fue Rosario Figueiras (TeGa), que interpuso una denuncia contra Roberto García (PP) por sus acusaciones relativas al pagos en mano a los voluntarios. Abierta la veda, fue el turno de Lourdes Loureiro (PSOE), que meses después se querelló contra el portavoz popular por acusarla de intermediar en los realojos de chabolistas de Penamoa en Arteixo.

No hay dos sin tres y más cuando algunos se pasan de la raya. Algo así debió pensar la alcaldesa para decidirse a sentar en el banquillo al que será su rival en los comicios, Carlos Calvelo (PP), por fijar con spray rosa el deslinde entre A Coruña y Arteixo. Aunque ya no queda ni rastro en la calzada del polémico acto reivindicativo, Pilar Souto elevó a Junta de Gobierno una propuesta para recurrir la absolución del secretario y otros dos integrantes de la asociación vecinal de Meicende por una falta de deslucimiento del mobiliario urbano.

Se trata, sin duda, de asuntos menores si se atiende a las acusaciones que, a día de hoy, salpican el pleno: malversación de fondos públicos, prevaricación.... Son algunos de los delitos en los que, según el Gobierno local, pudieron haber incurrido sus antecesores por la contratación verbal de 27 obras, en su mayor parte de carácter menor. "Todo dependerá de lo que concluyan los expedientes, cada uno tendrá que responder de lo suyo", se limita a decir Pilar Souto, que carga contra el ex alcalde, Manuel Pose, y prefiere no pronunciarse sobre la posible implicación de sus socios de Gobierno, que formaron parte del anterior Ejecutivo local hasta octubre de 2006.

No es la primera vez que la Justicia irrumpe por sorpresa en la campaña electoral en Arteixo. Los últimos comicios tomaron un rumbo inesperado cuando, en el umbral de la jornada de reflexión, Manuel Pose sacó a la luz un supuesto auto que condenaba a su rival socialista por injurias. "Llegó a decir que tenía que pagar una fianza", lamentaba recientemente Pilar Souto, que echó mano de una máxima utilizada también por el ex regidor popular para aludir a los asuntos urbanísticos en los que se vio implicado y que están aún pendientes de resolución judicial: "El tiempo pone a cada uno en su sitio" .

O las urnas. O puede que la Justicia... A día de hoy, y con la campaña a la vuelta de la esquina los candidatos preparan sus equipos, eslóganes y programas y cruzan los dedos para que las denuncias, querellas y expedientes abiertos no irrumpan de pronto y hagan de los comicios un asunto de juzgado. Al menos de guardia.