El antiguo matadero municipal de Centroña es un edificio abandonado desde hace quince años cuando cesó su actividad y se ha convertido en el vertedero de esta parroquia de Pontedeume. Esto molesta y preocupa a los vecinos, que reclaman un nuevo uso para estas antiguas instalaciones.

La construcción, situada a escasos cuarenta metros de la costa y fuera de ordenación, tienen un futuro incierto y complicado, tal y como confirman desde el Gobierno municipal ya que, en base a la Lei do Solo de Galicia y la ley de costas, sólo están permitidas actuaciones de mantenimiento y conservación. El concejal de Urbanismo, Eugenio Otero, reconoce la existencia de quejas vecinales por el estado de abandono del edificio pero explica que, al no poder ser objeto de una reforma sustancial, es complicado darle un nuevo uso por su pasado como matadero.

"Se han planteado a la Demarcación de Costas diversas soluciones, como habilitarlo como local social o edificio de usos múltiples, pero todas han sido rechazadas", avanza el responsable del departamento de Urbanismo.

Pese a lo complejo del asunto, el Ejecutivo eumés asegura que proseguirá con sus intentos de dar una utilidad al antiguo matadero que en la actualidad se encuentra en un estado pésimo, con multitud de escombros y malezas en su interior e incluso con dos carteles señalizadores de carreteras que dan la bienvenida al municipio, tal y como denuncian los miembros de Grupo Pontedeume Siglo XXI, nueva formación política de la villa.

Mientras tanto, el grupo de gobierno ha ordenado la limpieza del edificio. El concejal de Obras y Servicios Municipales, Javier Crespo, explica que ya se han trasladado del lugar los elementos de hierro por la seguridad de los "chavales" que acceden al inmueble y que próximamente se hará lo mismo con la madera acumulada en el lugar. Todo ello para evitar las posibles situaciones de peligro que se puedan dar.

Otra de las cuestiones que, según Javier Crespo, se han de dilucidar es la titularidad del edificio ya que no se tiene la certeza de que sea propiedad del Ayuntamiento, cuestión que el Concello pensaba solucionar con el inventariado de bienes subvencionado por la Diputación pero que ha quedado pospuesto debido a problemas de contratación de la empresa.