El Ayuntamiento de A Coruña aprobó esta semana con los votos del gobierno bipartito de socialistas y nacionalistas y el rechazo del PP el presupuesto municipal para 2011, con un importe de 256,7 millones de euros y un aumento del 21,8% con relación al de 2010, que fue de 210 millones. El Gobierno local prevé además la incorporación de 4.000 nuevos contribuyentes a lo largo de este ejercicio, lo que haría aumentar sus ingresos.

La responsable de Hacienda en el Gobierno local, la socialista Carmen Marón, calificó este presupuesto como el "más alto, social e inversor en la historia de la ciudad", y destacó de él que congela los impuestos por segundo año consecutivo y reduce el endeudamiento sin que disminuyan los servicios a los ciudadanos.

La inversión municipal para el próximo año es calculada por el bipartito en 60 millones, lo que supone un aumento del 150%, mientras que la participación del Ayuntamiento en los ingresos del Estado se estima que crecerá un 8% y el préstamo que se solicitará a las entidades financieras en 2011 será de 11,4 millones de euros, un importe inferior en un 10,7% al de 2010. La deuda viva municipal se situaría de acuerdo con estas previsiones en un 34,7% que, según la responsable de Hacienda, deja al Concello coruñés "muy lejos de la situación de bloqueo financiero" que afecta a otras administraciones.

Una de las mayores inversiones recogidas en el presupuesto -los 46 millones dedicados en 2011 y 2012 al parque ofimático, el nuevo barrio en el que se erigirán 2.000 viviendas- fue esgrimida por el Gobierno local como "el mayor desarrollo urbano de la década" en la ciudad coruñesa. El caso del ofimático fue, paradójicamente, el mismo que empleó el portavoz de la oposición, Carlos Negreira, para refutar el optimismo del Gobierno municipal al considerar que, según sus cálculos, la inversión municipal caería en realidad un 28% si no se computase la aportación que realizarán los propietarios del suelo del parque ofimático para su urbanización.

El presupuesto de 2011 recoge la reducción salarial de la plantilla de funcionarios derivada de los recortes del Gobierno, aunque se respetan los acuerdos para aumentar los efectivos de la Policía Local y los Bomberos. Las carencias de la plantilla policial coruñesa son sin embargo un viejo problema que está lejos de resolverse. La Policía Local cuenta en la actualidad con 356 agentes, aunque 14 de ellos están aún formándose en la academia, una cifra todavía muy inferior a los 400 que tenía en 1992. A comienzos de legislatura, el Gobierno municipal estimó en 100 el número de agentes de refuerzo que precisaba la policía para cubrir con eficiencia su cometido y el alcalde, Javier Losada, prometió convocar ese número de plazas antes concluir su mandato, pero los nuevos agentes contratados no llegan a la mitad de lo prometido. El servicio policial del 092 sigue sin patrullar a pie los barrios coruñeses porque carece de efectivos suficientes.

Sobre el papel, las cifras del presupuesto municipal para 2011 mejoran sustancialmente en teoría las partidas recogidas en el de 2010. Ahora sólo falta que estas cuentas se ajusten a la realidad. Y es ahí donde las cuentas municipales de 2011 suscitan algunas dudas. En primer lugar, el Ayuntamiento ha sido condenado en los tribunales a pagar una indemnización de 8,2 millones de euros a los propietarios expropiados en el polígono de Someso, una cantidad que previsiblemente crecerá aún más ya que todavía hay denuncias de propietarios pendientes de resolución. La justicia debe ahora decidir si acepta la fórmula planteada por el Ayuntamiento de entregar a los afectados suelo municipal en lugar de dinero. De no ser aceptada su fórmula por jueces y propietarios, la partida destinada por el Gobierno local en el presupuesto para todo tipo de contingencias de sentencias adversas -4.660.000 euros- apenas llegaría para solventar la mitad del caso Someso.

El Gobierno municipal, además, ha sido alertado en esta legislatura por el Consello de Contas por su bajo compromiso en la ejecución de obras presupuestadas. En 2009, el grado de ejecución de las obras se quedó sólo en el 55% y varios proyectos incluidos en el presupuesto para 2010, como la reforma del mercado de Ramón Cabanillas, la plaza de As Lagoas o la avenida de Gran Canaria, por ejemplo, se han pospuesto a 2011. Otras actuaciones igualmente presupuestadas para 2010, como la recuperación del castro de Elviña y el pabellón de O Castrillón, han sido aplazadas hasta 2012.

La crisis que nos golpea nos ha enseñado que un concepto se está imponiendo con crudeza sobre cualquier otra consideración a la hora de evaluar las cuentas públicas: la credibilidad. El Gobierno municipal no debería caer en la tentación de convertir en práctica habitual la confección de presupuestos irreales con proyectos que acaban retrasándose un año sí y otro también por falta de recursos. Una vez aprobadas las cuentas, el Concello debería cumplir su compromiso de ejecutarlas. Resultan comprensibles las dificultades económicas a las que se enfrenta el Ayuntamiento para confeccionar el presupuesto, pero esa realidad debe estar reflejada con credibilidad y rigor en las cuentas municipales, de manera que los coruñeses conozcan sin maquillajes el verdadero estado de las cuentas de su ciudad. Ese es el punto débil de los presupuestos de este año.