Apenas recuperados de las elecciones locales, de sorpresa en sorpresa por las primeras actuaciones de los distintos gobiernos podemitas en los primeros cien días de su primer año triunfal, fruto de inexperiencia o mala uva, y ya de nuevo en período electoral. Las generales están a la vuelta de la esquina, y partidos políticos y coaliciones desarrollan una frenética actividad elaborando las listas, los programas parecen tener menos importancia y ya irán saliendo sobre la marcha. Don Mariano, abandonando su pasividad habitual, se ha zambullido con vehemencia en la campaña que todavía se llama precampaña. No obstante, como en los pasados comicios locales, no se apresura demasiado en nombrar cabezas y tropa de las listas de candidatos a ambas cámaras legislativas. Esa lentitud le puede costar caro como ya ocurrió en primavera; para ejemplo un botón: Espe ganó en Madrid pero no con los suficientes escaños para gobernar, si la hubiera designado un mes antes otro podría ser el resultado, pero el presidente pepero solo corre en bicicleta. Ahora su gente le acucia para que haga las nominaciones y, en tanto no lo hace, sus ministros andan a la greña y los posibles aspirantes a parlamentarios van de zancadilla en zancadilla y de codazo en codazo; es lo más parecido a la charca de los cocodrilos en tiempo de sequía. Muchos altos cargos buscan ser parlamentarios por si su partido no gana las elecciones o no consigue gobernar. En el Congreso de los Diputados o en el Senado, sobre todo en la Cámara Alta, no se vive mal, y si hay victoria y te cae una sinecura gubernamental se dimite y santas pascuas, que suplentes no faltan.

Los sozis ya tienen hechas casi todas las listas, con gente de casa, independientes, chaqueteros y algún que otro advenedizo. En Madrid, fichaje estrella, y nada más y nada menos que de ocho puntas, la excomandante o comandante en reserva (desconocemos su situación). Va de sexta pero que no se haga muchas ilusiones, salir sale seguro, pero después a ver qué ocurre. Recordemos al juez estrella que se convirtió en candidato estrella, y luego nada de nada, Isidoro no le dio ni un ministerio que llevarse a la boca. Como en todas partes cuecen habas, lo mismo ocurrió con Pizarro en el PP. Pues que la comandante no se ilusione demasiado aunque Sánchez, si gana, igual la nombra ministra de Defensa... Habría infartos en el ramo de guerra, sobre todo en su antigua arma y en los cuerpos comunes.

Pues nada, la solución el 20 de diciembre. Algunos se van a pasar unas vacaciones cosa seria. No habrá turrón para todos, pero igual hay Turrión para unos cuantos, y en vez de orejones errejones.