La visita de Núñez Feijóo a Cuba no ha sido bien acogida por los nacionalistas, que no digieren, hace añares, el predicamento pepero en aquella isla desde los tiempos de Fraga. En BNG olvida que, en la época del bipartito que gobernaba, realizó una excursión a La Habana con sus poetas y medios afines, conocida como la gira del mojito, cuya parafernalia y gastos corrieron a cargo del contribuyente. "Feijóo seduce a Cuba", "Santiago cedió durante dos días a La Habana la capitalidad de Galicia", leemos, con ese tinte de gaudeamos paleto, de quienes el patrioterismo parroquial les lleva a erigirse en proveedores de credenciales y otras atribuciones chuscas. Creemos, sin embargo, que el seducido ha sido el titular de la Xunta, al "sentir el beso sensual del Caribe" según un cursi diplomático. Nada nos extraña, porque La Habana tiene una melosidad excitante, cuya energía, el salero, pone su distintivo hispano. La relación Cuba-Galicia no es solo de identidad, es de afinidad. En sus parlamentos, Núñez Feijóo remedó a García Lorca: "El español que no conoce América no conoce España". No escapó a los tópicos, que conviene desterrar para evitar que los gobernantes españoles, cuando cruzan el charco, se conviertan en cerrajeros para "abrir puertas" o en ingenieros para "tender puentes". Sugería García Lorca que en América, nuestro idioma era tanto como conservar las raíces sin andar por las ramas, porque, en las tierras hispanas, nuestra lengua ve salir sus ramas al futuro, al correr por las venas invisibles de aquellos países hermanos. Lo decía el clásico: "No hay nada más invisible que el nexo secreto en el que viven la palabra y el pensamiento". Las críticas nacionalistas al viaje de Feijóo han sido extemporáneas. Lástima que del galleguismo de los prohombres republicanos hayamos llegado al nacionalismo bloqueiro. De continuar con el seguidismo de Cataluña, quedarán como tanagras del nacionalismo renovador.

Otrosidigo

El viaje de Núñez Feijóo a Cuba ha sepultado las reivindicaciones de nuestra colectividad sobre el Centro Español, bautizado por las autoridades cubanas con el nombre de Federico García Lorca, y el monumental Centro Gallego de La Habana, confiscado por el Gobierno de Fidel Castro, hoy convertido en la sede del Ballet de Alicia Alonso, y escenario elegido para las reuniones de las comunidades gallegas en el exterior. En territorio ocupado y D. Alberto impasible.