La crisis del socialismo español ha provocado inquietud en el grupo gobernante municipal de La Coruña, al que (el socialismo) sirve de sustento. Nuestro ayuntamiento, como otros cercanos del mismo signo, necesita hacer autocrítica, desplegar programas imaginativos que despierten ilusión y establecer campos de encuentro entre gobernantes y gobernados. En La Coruña no se han cumplido las expectativas; el dispasón está gripado y los grandes problemas (accesos por Alfonso Molina, aeropuerto y ferrocarril a Langosteira) siguen sin resolverse. Don Xulio y su equipo deben abandonar las aventuras equinocciales (intervenir las bibliotecas, intentar dinamitar el idioma común y no haber resuelto el tema de los mercados municipales), meditar cuánto han hecho y para qué, y ejercer el poder con más finura. El mensaje que percibe el ciudadano acusa demasiada carga ideológica, colusión institucional y falta de persuasión, algo tan antiguo, utilizado por los retóricos atenienses. La cordura es algo consustancial con el espíritu coruñés, porque al margen de la pancarta y el ruido, el vecindario sale a la calle para darle vida a la ciudad. En Santiago lo tienen más fácil. El pepero Agustín Hernández, portavoz del grupo municipal, ha declarado públicamente que "Núñez Feijóo hasta 2019 será el alcalde que Santiago no tiene". En las mismas páginas periodísticas se recoge que la Xunta, o sea con el dinero de todos los gallegos, solventará el problema de infraestructuras y subvencionará con el 85% la construcción de la nueva facultad de Medicina. Para la Intermodal coruñesa aportará más de 400.000 euros, menos de la mitad del proyecto inicial, que costó 900.000 euros y está arrumbado. Ustedes mismos.

Otrosidigo

La gerente de Turismo de La Coruña se propone buscar nuevas rutas aéreas que enlacen desde Alvedro y nos ha invitado a promocionar Santiago como "única oferta turística", amén de desterrar los localismos, viejo mantra de los picheleiros, cuyo acantonamiento institucional los acredita. Mal informada parece estar doña Lanzada de nuestra ciudad "caracterizada por la libertad, la convivencia y la tolerancia" (García Sabell). No confundir con lo populachero y asambleario que gobiernan algunos ayuntamientos. La confusión en los políticos refleja, casi siempre, falta de convicción.